lunes, 30 de junio de 2025

El sapo y la función social de Hegel

 

(Aparicio Custom)

 

Sopesar la propiedad de un pozo

es tarea vana, si no se cuenta con

los medios adecuados.


Ésto es, un sapo que se preste, o

se muestre disponible al trabajo.


No es fácil: El sapo no es animal

naturalmente dispuesto al trabajo


(Si tiene que elegir, elige no hacerlo.

Por lo común, no elige: hacerlo es

ya un trabajo)


Como todos los que no son afectos

al trabajo, si lo tiene que hacer

trabaja afuera.


No hace falta ir muy lejos

para verlo posarse en algún pozo

y profundizarlo por su propio peso.


El peso, es una propiedad de la materia,

orgánica o no, animada o no tanto.


Como toda propiedad, también es un

poder: Los animales más pesados

imponen respeto y temor a los otros,


como a nosotros Dios (cuyo peso no

conocemos, pero sabemos que es el que

tiene que ser para ser todopoderoso)


El sapo no es muy respetado por su peso,

ni por los pozos que edifica, siempre

sospechados de ajenos.


Pero para hablar con propiedad, que es

lo único que nos importa, dado un pozo

en estado de reposo, no hay nada como


un sapo aposentado, que se empoza solo

para ofrecer al mundo su canto enajenado

e inalienable.

 

domingo, 29 de junio de 2025

¿Puede haber otras lecturas?

 

(Elpidio Lamela)

 

Leer poemas no sirve para nada,

ese poema no va a enriquecerte,

Enrique.


Ni ese, ni ninguno, aunque lo vuelvas

a leer y releer siete veces o setenta.


Te podés cansar de leer poemas

como ese, y vas a seguir siendo

el mismo. Hasta darte cuenta que

son todos iguales:


No te dejan nada.


Podés leerlos a todos, o leer

siempre el mismo, es indistinto:


Vas a seguir siendo el mismo

porque no te dejan nada. Nada

que sirva para algo, al menos.


Nadie sale de pobre con poemas,

ni leyendo, ni escribiéndolos: Las

dos cosas son igualmente inútiles.


Tampoco te empobrece, es cierto,

pero dedicarle tiempo a eso es una

pésima inversión.


Los poemas no enriquecen, Enrique;

no te sacan de pobre, ni de rico:


Alguno lo intentó, y dilapidó

su fortuna para ser reconocido

como poeta. Todo tiene un precio


(y, lo que es peor, un costo. A la larga

todo se paga)


Hubo uno que lo consiguió, creo,

pero seguro se debe haber arrepentido,

si es que tuvo tiempo para hacerlo:


El que se la pasa escribiendo poemas,

o leyéndolos, no tiene tiempo para

otra cosa, y termina arrepintiéndose

cuando ya es tarde, y no le queda tiempo:

Un círculo vicioso del que no se sale.


Salir de rico es casi tan difícil como

salir de pobre, pero el tiempo perdido

no se recupera.


Mejor dejá ese poema, Enrique,

y salí afuera a ver qué pasa en el mundo:


El mundo es rico en oportunidades

para salir.

 

sábado, 28 de junio de 2025

Diversidades

 

 

(Manuel Santos Lupanares)

 

Hay peces grandes y pequeños,

peces pesados como vacas

y livianos como plumas:


Voluminosos e insignificantes,

temibles y risibles.


La diversidad es un fenómeno

envidiable.


Lo mismo ocurre con las aves

y los mamíferos:


Desde el mínimo ratoncito

que nos cabe en la palma de la

mano, hasta los grandes predadores

que podrían devorarnos,


Es envidiable la diversidad:


En ella se sostiene el movimiento

de la cadena trófica y el propio

Orden Natural.


¿Profesarán alguna envidia, esos

peces pequeños e insignificantes

a sus superiores, antes de ser comidos

como es su destino?


No lo sabemos, y es probable que no

lo sepamos nunca: La Naturaleza

y la diversidad son un misterio

para nosotros, aunque formamos parte.


Es probable que no conozcan la envidia.

Ni peces, ni ratones han alcanzado

suficiente evolución para desarrollar

sentimientos de los nuestros.


Mucho menos, para pensar en ellos.

Sólo cabe esperar que todo siga

funcionando así, y seguir protegiendo

la diversidad.


Ella nos provee todos los recursos

naturales necesarios, para continuar

la evolución en forma encadenada

y segura. 


Sin duda, hemos sido elegidos

como vanguardia evolutiva

y nuestro aporte a la diversidad no es

menos envidiable que nosotros.

 

viernes, 27 de junio de 2025

El pez agazapado

 

 

(Serafín Cuesta)

 

Entre las criaturas agazapables

conocidas, está el pez, además

del sapo.


¿Cuánto pesa un sapo agazapado

como el pez?


Depende de su posición respecto

del nivel del mar:  Todo depende

de algo, suponemos.


Todos dependemos, en alguna

medida de distintas suposiciones.

Hay bastantes para abastecer la

dependencia.


Como criaturas autónomas, sensibles

e inteligentes, conocemos un rango

de experiencias, más o menos agradables,

repetibles o compartibles.


Todas nos son útiles para producir

conocimiento, que es lo que nos

distingue del pez, del anfibio y otras

criaturas animadas.


Hay conocimientos más y menos

útiles, algunos indispensables para

la supervivencia, como el peligro.


(Otros son indispensables para

crear dependencia)


Hay especies en peligro de extinción,

pero no lo saben.  Luego, no pueden

hacer nada para evitarlo.


Podemos justificarlas: No depende de

ellas, no disponen de una inteligencia

superior como nosotros.


De lo contrario, entenderían que toda

la diversidad del Orden Natural, así

como del mundo sensible vigente

es interdependiente.


Sólo nosotros cultivamos nociones,

conceptos y creencias que son útiles

para interpretar el mundo, la vida y

todo cuanto nos rodea y poder

agazaparnos en lo que sabemos.


Sabemos que más allá de nosotros

todo es dependencia y nadie se salva

solo, ni especies, ni individuos.


Un pez es una buena compañía

en su pecera, aunque nos mire

de soslayo agazapado.



 

jueves, 26 de junio de 2025

El Silencio Divino

 

(Asensio Escalante)

 

Dios calla más de lo que sabe,

y no es poco: No hay nada

que Él no sepa, por lo

que sabemos, que no es mucho.


Siempre habrá quienes duden,

lo que no es sino otra prueba

de su existencia:


Nadie podría dudar

de lo que no existe,

ni negarlo.


Él lo permite,

nos dio una inteligencia superior

apta para dudar de todo, aunque

no es una práctica común:

conocemos límites.


Los que dudan de Dios,

saben que Él todo lo perdona:

deudas, dudas y otros pe cados.


Dios calla más de lo que sabe:

No le son ajenas nuestras limitaciones

y sabe medirse: No sabríamos qué

hacer con todo Su saber, entonces

calla.


Sabe que no puede confiar tanto

en nosotros, y debemos confiar

en Él. ¿En quién si no?


Hay que saber callar,

no es un secreto. Él sabe,

y nadie sabe hasta cuando lo hará.


¿Acaso calle para siempre?


No sabemos. Nadie como Él

para guardar secretos.



 

miércoles, 25 de junio de 2025

En cantidad variable

 

(Amílcar Ámbanos)

 

Guarismos infundados

como el mar, agitan las rompientes

procedentes y emiten lechos

cóncavos para que se deslicen

las variables.


Es mentira que los números

no mienten, lo sabemos en

exceso.


No hay palabras suficientes

para las mentiras que el mundo

necesita.


Calla ahora o habla para siempre,

me ordena el predictor en pleno uso

de su función divina.


La mano de Dios, y sus infinitas

extensiones guiarán tu discurso

hacia el camino verdadero,


que es uno, e indiviso,

como el eje del mar

que no divisas.

 

martes, 24 de junio de 2025

Anacardo

 

(Serafín Cuesta)

 

El anacardo anacarado ofrece

una floración anual, o semestral

según las condiciones.


Tampoco es que la ofrezca,

florece para sí, no para compartir

su producción floral

ni su reproducción fructífera:


No somos muchos los que

compartimos esta función vital.


No sabemos por qué se reproducen

las funciones, ni el anacardo

anacarado, Ricardo.


Entendemos que en los cultivos

espontáneos, la reproducción se da

en forma espontánea como debe ser.

 

Nosotros no pertenecemos a esa

categoría, ni cultivamos mucho

la espontaneidad. 


La flor del anacardo anacarado

no se parece a la flor de nácar

que cultivamos en macetas:


No brilla, ni cintila.

Se reconoce en sus espinas

como cualquier fruto del mar

apto para consumo humano. 

 

domingo, 22 de junio de 2025

Último llamado a la unidad

 

(Saverio Wrangler)

 

Es hora de dejar de lado

la lateralidad infundada

y superar los márgenes de

error.


El mundo es uno y es redondo

como un globo: Las esferas no

tienen lados, por eso giran y giran

sin ningún sentido.


Hay que abandonar el oscurantismo

dogmático que segrega las visiones

diferentes y promueve polarizaciones

extremas, que conspiran contra la unidad.


Los fanatismos y fundamentalismos

sólo alimentan las divisiones e impulsan

la descomposición, una amenaza que se

cierne sobre el mundo inteligente, y medra

con la promoción de ideologías incorrectas.


No hay más tierra prometida

que el porvenir, del que poco sabemos:

Sólo que nos comprende a todos, de un lado

y otro de nuestras fronteras, englobándonos

en una misma incertidumbre.


¿Tiene sentido seguir alimentando la

exacerbación de la polarización fuera

de control?


No hay mucho tiempo: Es hora de dejar

de lado lateralidades y diferencias que

no construyen unidad y sólo alientan

el conflicto.


¿Y vos, de qué lado estás?

 

sábado, 21 de junio de 2025

Funciones reemplazables

 

(Asensio Escalante) 

 

Una sola palabra, un cambio

de palabras puede cambiarlo

todo.


Menos que una palabra, sólo

un verbo remplazado, cambia

el sentido del poema.


No sé si todas las palabras son

fácilmente reemplazables, o sólo

los verbos:


El verbo tiene una función que

le es propia y específica, como

otras palabras:


Hay funciones reemplazables, e

incluso reemplazos ventajosos.

Aunque no sé si son todas tan

reemplazables como las palabras:


Las hay con más de una función,

como sentido, que es verbo y a la

vez sustantivo.


Hay palabras que tienen más funciones

que sentidos, decía Valéry, que no sólo

era un poeta, sino un notable ensayista,

un pensador irreemplazable, como otros.


La palabra pensador suena un poco

anacrónica; hoy no se habla, casi de

pensadores: es un concepto muy amplio,

y por lo tanto vago, que contradice la

propensión a la concentración vigente.


Mucho menos se oye hablar

del librepensador, acaso una especie

extinta. Aunque no podemos dejar de

pensar que se sigue pensando, tal vez

menos; sospechamos que a niveles

tolerables.


Pero no es lo mismo un poeta que un

pensador, no son términos equivalentes

y reemplazables. Aunque es sabido que

los poemas son tributarios de esa función,

si bien hay poetas que piensan más que

otros, o lo hacen de otro modo.


Nos hacen pensar que no se puede leer

todo del mismo modo: Hay textos cuya

profundidad requiere más de dos lecturas:


Es preciso volver sobre ellos, o rechazarlos

sin miramientos. Hay poemas que nos dejan

pensando, y no siempre es eso lo deseado.


De todos modos, los poemas son objetos

reemplazables y podemos elegir leerlos o

no. a sabiendas que siempre los hay mejores.


Hay quienes piensan de la obra de Valéry

que lo mejor no son sus poemas, sino sus

ensayos. Entienden que como poeta es más

remplazable.


Es posible, nadie tiene la última palabra

y por eso seguimos escribiendo, aún cuando

sabemos que lo que hacemos es perfectamente

reemplazable o sustituíble, o prescindible.


A veces, uno cambia el modo de pensar

en función del tiempo, y entonces cambian

algunos valores.


Hay palabras que tienen más sentidos

que funciones: Puede que sea ése el

enunciado correcto del poeta. Ahora dudo,

tendría que volver a la fuente, aunque ambas

formas tienen su sentido.


Cada uno puede adoptarla según su necesidad

y reemplazar en un sentido u otro.


Uno también cambia, yo cambié ese verbo

en el poema, y el remplazo funcionó: Ahora

cobró otro sentido (reemplazable, como todos)

 

viernes, 20 de junio de 2025

El sujeto productivo

 

(Aparicio Custom)

 

Podía producir más

de lo que necesito, pero

no lo necesitaba.


Incluso, podía producir

menos, sin necesidad de

registrar la falta.


Creo que hay un punto

en el que ya no se registra

nada, o poco menos.


Claro, no significa que haya

que suspender la producción:


Retomarla, podría ser más

trabajoso, y si hay algo que

nadie desea abandonar, es

el modelo productivo.


Es nuestra única oportunidad

para ser reconocidos ¿Qué

haríamos con el tiempo libre,

si no pudiéramos producir?


¿Quién produciría los anticuerpos

que necesitamos?


¿Quién produciría nuestras víctimas?


Es justo que cada uno produzca

por lo menos una parte de lo que

consume: Todavía hay excedentes

suficientes.


El hombre es un animal productivo.


Es el único en su especie, y el único

capaz de reproducir sus condiciones

de producción y generar oportunidades

para otros productos.


¿Estamos produciendo las víctimas

que necesitamos?


 

Alta la vara

 

(Epifanio Weber)

 

Alta vara, la de Álvara,

ella dibujaba las mejores varas.


Con altura, pasaba de una a otra

y siempre se superaba.


Álvara no se conformaba con lo

que hacía, ninguna de sus varas

la satisfacía por completo.


Sus varas eran las mejores y más

altas, pero ella iba por más:


No era de dormirse sobre sus laureles

ni de quedarse varada en una vara

bien lograda, almibarada por el éxito.


No tenía techo, Álvara, con sus varas

cada vez más altas y envidiables.


No tenía competencia, tampoco, y lo

sabía, pero también sabía que toda vara

es algo que merece ser superado.


Eso la impulsaba a superarse e ir por

más, sin medida.


La desmesura sostenía su carrera hacia 

lo alto, sin otra recompensa que 

su propio ascenso personal, elevando la 

vara y aspirando siempre a más.


Ahora, Álvara dibuja varas aceptables

y no para. Pero sus varas ya no son las

de antes:


Llega un momento, en que es difícil

sostener la competencia con uno mismo.


No sé si lo reconoce, ella sigue dibujando

varas sin parar. Hay que poner el cuerpo

y no aflojar, sostiene desde la punta de su

vara.


Alta vara, la de Álvara.

 

miércoles, 18 de junio de 2025

A partir de Wittgenstein

 

(Remigio Remington)

 

De lo que no se puede hablar,

mejor es no decir nada.

Es decir, dejarlo a los poetas:


Nadie como ellos, para aventurarse

en el uso de la palabra sin decir nada.


Alguien tiene que hacerlo, y ellos

son más confiables que los publicistas

y los comunicadores.


A los vendedores de humo

no se los cuestiona, ya que nos

siguen resultando necesarios:


El mundo todavía se maneja

con señales de humo, provengan

de ataques preventivos, o se trate

de humo emitido en legítima defensa.


No sabemos mucho más del humo,

por tanto, es mejor no decir nada.


Sólo los poetas pueden hablar

de lo que no saben. Alguien tiene

que hacerlo, así como los trabajos

sucios.


¿Alguien tenía que decirlo?

 

martes, 17 de junio de 2025

La muerte, una aproximación tangencial

 

(Elpidio Lamela)

 

La muerte es algo natural,

una experiencia que hay que pasar,

como otras.


Sólo que es una experiencia única,

que no puede repetirse, aunque es

una experiencia vital e intransferible

como otras.


Pero también pasa, como todas,

sólo que no sabemos bien qué es,

cómo es, hasta que no la vivimos.


Lo mismo ocurre con otras experiencias,

sólo que algunas podríamos no vivirlas,

ni conocerlas, a diferencia de aquella

que sabemos que nos va a pasar y es

inevitable.


Sólo que no sabemos cuándo: ¿Hay que

estar disponible? ¿Es mejor estar bien

preparado? ¿Cómo prepararse para lo

que no se conoce?


No me asusta, estoy listo, toda la vida

estuve preparándome para ésto, dijo uno

que sabía que iba a morir:


Después murió, aunque no conocemos

su experiencia.


Las experiencias pasan, se acumulan en

los cuerpos como el polvo en los libros,

leídos o no, en los muebles de la casa y

en la misma casa, cuando no se barre.


Practicar un barrido de la memoria,

arrojaría un volumen considerable de

experiencias inútiles, aunque es sabido

que la acumulación produce utilidad.


Algunos se aferran a la idea del alma,

supuesta entidad incorruptible que no

puede morir, porque no se descompone,

no es materia.


Hay quienes creen que reencarna, tantas

veces como sea necesario para cumplir

los objetivos y acceder a un plano superior

donde no hay necesidad de portar cuerpos

porque no hay necesidad.


Las necesidades del alma no son muchas

y no son materiales, algo difícil de entender

para quienes sólo conocen el goce de la carne.


¿Es el cuerpo, exoesqueleto del alma?


Le pregunté a mi analista


-A usted qué le parece, me respondió con la

sabiduría proverbial de un verdadero profesional.

 

lunes, 16 de junio de 2025

El sermón de los pescadores ágrafos

 

(Encarnación Segura)

 

Un rebaño de pescadores sin

manos, pacía ante el estanque

de agua estancada:


Hay aguas que redundan

en un estancamiento ocasional,

aunque podría tratarse de aguas

servidas.


Pero, en realidad, era sólo agua

estancada en su destino de uso

sanitario.


Está claro como el agua: Lo único

que podía sobrevivir ahí, era la

contaminación en desarrollo.


(Sólo nosotros, los humanos, somos

capaces de desarrollarlo todo, aún

cuando no hemos llegado, todavía, a

desarrollar todas nuestras capacidades)


Sería ocioso aclarar que nadie podía

pescar nada en ese estanque, pero no

es el caso ¿Qué hubieran podido pescar

esos pescadores sin manos?


Sería redundante agregar que no había

nada que esperar. Pero la única esperanza

sin sustento, es la del que cree que no hay

nada que esperar:

 

Y los pescadores eran hombres de fe

(La pesca es un acto de fe, acaso el

primero)


El Ojo de Dios, que todo lo ve, no iba a

permanecer indiferente como cualquiera

de nosotros.


Él se compadeció del rebaño desahuciado

y echando mano a su poder sobrenatural,

colmó de peces el suelo a los pies de los

pescadores, sin importar sus pecados, y se

pronunció sin dejarse ver:


He aquí que estos peces son vuestros, es

palabra de Dios y ofrenda de su amor

infinito   (prefiere la tercera persona)


Podéis disponer a gusto de ellos, después

de ofrecerme a uno de vosotros en sacrificio

como prueba de amor y sumisión devota.


Los pescadores se miraron perplejos, primero

vacilaban y luego se sumieron en largas

discusiones, sin llegar a un acuerdo razonable:

Se impuso el egoísmo y nadie aceptó sacrificarse

por sus hermanos.


Alguien propuso negociar con el Altísimo, pero

descubrieron, no sin cierto alivio, que ya no

estaba disponible.


Los peces, en cambio, permanecían allí, a sus pies,

y se movían como si estuvieran vivos: Un milagro

que no había que malograr…


Pero no eran tontos ni mancos esos peces milagrosos

emanados del Amor Divino: Cuando los quisieron

tomar y llevar a sus alforjas, se les resbalaban como

anguilas aceitosas y no menos apetitosas.


Desesperados, los pescadores se agitaban, montaban

en cólera e insultaban a los peces resbalosos, mientras

sus brazos sin manos se movían sin ningún sentido, ya

fuera de control.


Buscaban llamar la atención para obtener ayuda,

pero nadie les daba una mano, como si no los vieran.


Entonces, desconsolados, abatidos y acaso parcialmente

arrepentidos, imploraron al cielo como buenos pecadores.


Algo parecido a un trueno se hizo oír, para evolucionar

en una estentórea carcajada de burla, precediendo a

aquella voz que conocieron y ahora reconocían: 

 

Lo siento, sin sacrificio no se consigue nada.

A ver si aprenden, eh... 



 

sábado, 14 de junio de 2025

Volver a encarar

 

(Florencio Cusenier)

 

Siempre me costó encarar,

no me animaba, no me daba

la cara.


Recuerdo que me costaba,

no recuerdo haber encarado

mucho, me costaba.


No sé si alguna vez lo hice,

entiendo que no, porque lo

recordaría.


No sé, siempre está el riesgo

de quedar pagando, un costo

que hay que estar dispuesto a

pagar.


¿Y la autoestima? ¿Quién la

va a levantar, después? ¿Con

que cara mirar al espejo?


Es preferible no levantar nada

y mantener la autoestima en su

lugar, aunque no sea gran cosa.


A mi no me daba la cara para

ir y encarar. Tal vez con otra cara

hubiera sido distinto, no sé.


Hay otros que con cualquier cara,

van y encaran con descaro, como si

nada.


Claro, al no tener nada que perder,

encaran por encarar: no se fijan en la

cara, ni en el cuerpo de lo que encaran:

les da lo mismo, lo hacen por diversión.


Total, no se pierde nada para el que

no tiene valores.


De tanto encarar, algo consiguen, no

importa qué, les da lo mismo por la

falta de valores.


Es valorable su enjundia, la voluntad

de volver a encarar después del fracaso,

sin perder la actitud: una actitud ganadora

que adquieren por haber encarado tanto.


Claro, con esa actitud irreverente e insistente

a veces ganan: tanto va el cántaro a la fuente…


No importa lo que ganen, les da lo mismo

porque no tienen valores, sólo valoran el

éxito ocasional.


Se van cebando y encaran por encarar,

a ver qué pasa, como un hábito evolucionado

en vicio.


Les parece natural: No pasa nada, se gana y

se pierde, es como todo, te decían.


Era lo natural que las mujeres esperaran

ser encaradas, tan natural que parecía normal.

A mi me costaba hacerlo con naturalidad

porque no me daba la cara para encarar.


Ahora es distinto, cualquiera encara a

cualquiera sin miramientos y nadie espera

a que le encaren:


Se están perdiendo los valores.

 

viernes, 13 de junio de 2025

Riesgos del conocimiento descontrolado

 

(Emeterio Askman)

 

Identifican los riesgos del exceso

de conocimiento:


Después de una investigación que

llevó años de profundos estudios

a cargo de especialistas calificados

de distintas disciplinas vinculadas

al conocimiento, se arribó a un

resultado concluyente:


No hace falta saber demasiado

para entender que no hace falta

saber demasiado.


No sólo no hace falta, sino que el

conocimiento excesivo suele tener

consecuencias no deseadas, pero es

un riesgo evitable.


El conocimiento, en sí mismo, no es

bueno ni malo: Puede ser útil aceptar

que una parte de todo el conocimiento

disponible es útil.


Profundizando un poco, para no caer

en excesos, la condición útil no es en

sí misma algo bueno o malo. No es

poco lo que resulta útil a fines dudosos:


La injusticia es más útil quer la justicia,

advertía uno de los filósofos griegos que

cultivaban el pensamiento excesivo.


Sabemos: todo el conocimiento producido

y acumulado puede servir a distintos fines,

tanto buenos como malos o dudosos.


Más sobrevive, al cabo, la duda: ¿Qué tan

bueno es lo bueno? ¿Lo es en igual medida

para todos?


¿Y lo malo? ¿Existe el mal común?


Sí, debería existir como condición para que

exista el bien común. ¿Existe?


¿Qué es lo que lo define, en sociedades

divididas en clases con intereses antagónicos?


Las preguntas sin respuesta, significan que

nuestro conocimiento es insuficiente para

definir esas categorías: No sabemos qué son

el bien y el mal.


Ante ésto, nadie puede ser neutral:

Hay que confiar en los que saben, no hace falta

saber demasiado para entenderlo, y no es algo

aconsejable:


El exceso de conocimiento produce angustia,

desazón, depresión y alimenta el pesimismo.


Tenía un amigo que era un libro

abierto, sabía de todo;  se suicidó. 

A otro lo mataron porque sabía 

demasiado. 

 

jueves, 12 de junio de 2025

Las vueltas de la vida

 

(Florencio Cusenier)

 

Desde que se fue

nunca más volvió.


Es triste, tal vez no vuelva

nunca; Hasta ahora, nunca

volvió desde que se fue.


Se había ido ya otras veces,

pero siempre volvía. Es triste

pensar que tal vez no vuelva.


Y más triste , volver a pensarlo

¿Para qué? ¿Qué se gana?


Hay que encontrarle la vuelta

y buscarle el lado bueno:


No hay mal que por bien no venga.


Al menos, ahora no puede volver a

irse, a no ser que vuelva. Entonces

sí, si volviera a irse, eso sería todavía

peor porque sería una repetición no

deseada, y penosa.


Hay cosas que no quisiéramos repetir,

es como revolver la pena, remover y

ahondar la herida, que se vuelve más

triste y profunda.


Desde un enfoque positivo, tendría

que estar tranquilo: Saber que no puede

volver a irse, ya es un alivio; al menos

significa una condición estable.


Salvo que vuelva, y que vuelva con

la intención de irse. La verdad, no creo

que vuelva, eso me deja mas tranquilo.

 

Aunque no sé, todo vuelve, dicen...

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