(Encarnación Segura)
Dios llora por nosotros.
Su Llanto es benigno,
fecundo e invisible
a los hijos.
Es el Único que llora
por nosotros, y llora
por piedad.
No como nosotros, que
lloramos por cualquier cosa.
El Llanto Divino, benigno e
irreproducible, es como la
lluvia que bendice nuestros
cultivos; sólo que invisible
(Sólo el divisable por Dios)
No cultives la envidia, es un
pecado evitable, como otros.
Salvo la sana envidia, que
nunca es pecado: Envidiar
a Dios cuando no llora y solo
goza de todo lo que hizo:
Todo lo hizo por nosotros.
No lo olvides en tus oraciones.
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