(Aparicio Custom)
Sopesar la propiedad de un pozo
es tarea vana, si no se cuenta con
los medios adecuados.
Ésto es, un sapo que se preste, o
se muestre disponible al trabajo.
No es fácil: El sapo no es animal
naturalmente dispuesto al trabajo
(Si tiene que elegir, elige no hacerlo.
Por lo común, no elige: hacerlo es
ya un trabajo)
Como todos los que no son afectos
al trabajo, si lo tiene que hacer
trabaja afuera.
No hace falta ir muy lejos
para verlo posarse en algún pozo
y profundizarlo por su propio peso.
El peso, es una propiedad de la materia,
orgánica o no, animada o no tanto.
Como toda propiedad, también es un
poder: Los animales más pesados
imponen respeto y temor a los otros,
como a nosotros Dios (cuyo peso no
conocemos, pero sabemos que es el que
tiene que ser para ser todopoderoso)
El sapo no es muy respetado por su peso,
ni por los pozos que edifica, siempre
sospechados de ajenos.
Pero para hablar con propiedad, que es
lo único que nos importa, dado un pozo
en estado de reposo, no hay nada como
un sapo aposentado, que se empoza solo
para ofrecer al mundo su canto enajenado
e inalienable.
No hay comentarios:
Publicar un comentario