(Amílcar Ámbanos)
Guarismos infundados
como el mar, agitan las rompientes
procedentes y emiten lechos
cóncavos para que se deslicen
las variables.
Es mentira que los números
no mienten, lo sabemos en
exceso.
No hay palabras suficientes
para las mentiras que el mundo
necesita.
Calla ahora o habla para siempre,
me ordena el predictor en pleno uso
de su función divina.
La mano de Dios, y sus infinitas
extensiones guiarán tu discurso
hacia el camino verdadero,
que es uno, e indiviso,
como el eje del mar
que no divisas.
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