(Aparicio Custom)
Con una formación dudosa
se puede hacer cualquier cosa,
me dijo un sexagenario
mejor informado que conservado.
Ostentaba un pasado voluminoso
y un currículum frondoso:
Supo tallar como perfoverificador
independiente y acumular experiencia
en distintos rubros, siguiendo las
corrientes.
Es más lo que hice que lo que no hice,
pero no hice gran cosa: no tengo casi
nada; me mantengo en pie, lo que no
es poco.
Podría haberme retirado, pero sigo activo
aunque solo frecuento actividades dudosas,
me confiesa sin falso orgullo.
II
Ahora clava clavos en el agua,
para despuntar la vocación de perforar
y obturar el ocio sin caer en el vicio.
Otros aspiran a perforar el mar
llenándose la boca con recursos naturales.
La cavidad oral es pródiga en recursos
renovables: sabe llenarse y vaciarse
con distintos materiales, puede admitir
y emitir cualquier cosa en forma exitosa.
La vida es más bien cóncava,
con o sin vocación: la vocación es un
espacio abierto y cóncavo donde todo
cabe, hasta los desperdicios.
(No la desperdicies, te diría. Pero no
suelo dar consejos ni hablar con la boca
llena)
La vida es más bien cóncava,
y todo es penetrable si hay voluntad
y suficiente estímulo.
La formación no es excluyente, ni la
edad, para ningún mortal: Sólo hay que
estar informado y mantenerse en forma.
El tamaño no importa, ni el futuro:
alcanza con saber que es cóncavo.