martes, 4 de octubre de 2022

Las oportunidades del estado de reposo

 

(Amílcar Ámbanos)

 

El movimiento del pescado

es torpe y discontinuo,

dudoso y tan poco vistoso como

el de cualquier participio pasado.


El pescado es pura voluntad

de volver al pasado: el agua.


El presente lo asfixia entre nosotros,

necesita el oxígeno del agua.

Sólo aspira al agua, el único pasado

donde puede tener futuro.


El movimiento espasmódico es torpe

y vano, desacompasado y efímero,

como el presente:


Todavía se mueve, aunque su voluntad

declina. No nació para eso y no sabe

lo que le espera; nosotros sí sabemos,

aunque no sabemos lo que nos espera:


el paso de sustantivo a participio pasado

es casi imperceptible.


II

El movimiento del pecado es fluído y

continuo, a diferencia del pescado.


Puede ser armonioso y versátil

y más deseable que otros movimientos

que participan del pasado.


Pecamos en presente, luego acumulamos

participios aptos para ser olvidados:


Lo pasado pisado, con o sin pecado.


La capacidad de nuestras memorias

sólo es superada por la tecnología

y por la propia capacidad de olvido:


somos capaces de olvidar más de lo

que conocemos.


El movimiento del pecado es replicable,

y tan sutil como dudoso; se puede pecar

en estado de reposo:


Basta dejar fluir la mente y detenerse

en el goce de un buen pensamiento

pecaminoso.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Licencia Creative Commons
http/:Demolicionyobranueva.blogspot.com por José Luis Greco se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 3.0 Unported.
Basada en una obra en Demolicionyobranueva.blogspot.com.
Permisos que vayan más allá de lo cubierto por esta licencia pueden encontrarse en Demolicionyobranueva.blogspot.com.