(Horacio Ruminal)
La conciencia,
puede considerarse la mayor conquista
humana, aunque son muchas.
Es probable que sin ella, ninguna de las
otras se hubiera completado.
En un principio fue una conciencia dudosa,
primaria, amasada con las primeras palabras,
formas elementales que hicieron posible una
comunicación donde la violencia no fuera
tan determinante.
Ésta nunca desapareció, pero ahora podía
haber una negociación previa, gracias al
comercio de la palabra.
II
La evolución operada a partir de la conciencia
sumó nuevas conquistas. Somos conscientes
de que no son suficientes, aún hay mucho por
conquistar.
Entretanto, también aprendimos a conquistarnos
entre nosotros, lo que no es poco.
La conciencia crece, se amplía, siempre
se puede seguir ampliando (el psicoanálisis
trabaja con la palabra procurando extender
los límites de la conciencia)
Hoy somos mucho más concientes que hace
apenas un par de siglos, incluso menos.
Y estamos más comunicados: El crecimiento
de la conciencia es algo natural a la evolución.
El crecimiento conciente nos ubica en una
escala superior: Todo el mundo sensible, está
sujeto a las condiciones de nuestro crecimiento
conciente. Somos la vanguardia conciente de
la evolución del conjunto de la materia orgánica
existente en el planeta.
No, no es poco. Pero aún queda mucho camino
por delante, o no: Todavía no somos concientes
de nuestros límites, pero a medida que sigamos
avanzando y la conciencia continúe expandiéndose
conoceremos más:
La producción de conocimiento no se detiene;
como la conciencia, es un camino sin retorno.
III
Nuestras forma de comunicación
evolucionan sin pausa, se enriquecen
todo el tiempo y hasta nos cuesta mantener
el ritmo (un ritmo que tampoco es el que
era)
Hay palabras que ya no usamos, vocablos
que perimen o caducan: perdieron utilidad,
no las necesitamos. Las reemplazamos por
otras, más ventajosas para la expansión
conciente.
Hay conciencia de que la violencia
sigue siendo determinante en nuestras
relaciones, pero hemos sabido desarrollar
mecanismos de control:
Contamos con las armas adecuadas
para gestionarla de un modo sustentable,
mientras seguimos negociando.
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