(Ricardo Mansoler)
Se aprende más jugando solo
que conjugando el verbo aprender
con otros aprendices
Por lo regular, nadie aprende lo que
no quiere. La voluntad no se educa,
se dispone: como el deseo de jugar.
El aprendizaje es parte del juego
Nadie sabe lo que quiere, pero todos
los juegos se aprenden jugando,
viendo jugar, copiando e imitando:
repitiendo
Se aprende más jugando solo
que conjugando con otros el verbo
aprender u otros más regulares
II
Por lo regular, nadie aprende lo que
no quiere. El juego es una forma de
incorporar conocimiento, tal vez la
mejor, quién sabe
Hay muchos juegos que se pueden
jugar solo, sin necesidad de un
contrincante, un adversario o un
enemigo: Hay que aprender
Siempre hay mejores y peores
jugadores: dioses hay uno como
mucho y las comparaciones siempre
son odiosas
III
A veces, el que no sabe no se anima
a entrar en juego por temor al ridículo
Nadie sabe lo que quiere, pero todos
sabemos que nadie quiere ser ridículo
Quien participa de un juego solitario
no teme al ridículo, es más solidario.
Y a fuerza de jugarse en esa práctica
y entablar su repetición unimembre,
va aprendiendo
Se aprende más jugando solo
que conjugando con otros
un verbo regular mal aprendido.
Hay niveles, pero en un punto
todos somos aprendices:
Nadie nace sabiendo nada
ni muere sabiendo mucho más
Lo poco que aprendí lo aprendí
solo, decía un jugador reconocido:
jugando y
jugando y aprendiendo,
con los vicios del que aprende
solo.
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