(Amílcar Ámbanos)
El miedo a la soledad es una
traición a uno mismo (Cioran)
La soledad es tóxica,
tener con quien hablar es
un error: creer que hablar
con alguien es lo opuesto
a la soledad, puede ser un
engaño.
El autoengaño, es un recurso
renovable, no nos engañemos:
Hay quienes hablan con facilidad
con todo el mundo todo el tiempo
y no dejan de estar solos.
Por el contrario, he oído decir
a un poeta reconocido: La soledad
es lo mejor que me pasó en la vida.
Hay un discurso para cada necesidad;
tenemos todos los que necesitamos
y vamos por más.
Hablar es negociar, podemos prescindir
de la palabra, pero no del comercio,
esencia metabólica de cualquier sujeto
hablante, silente o vacilante.
¿Cómo detectar el auténtico discurso
patológico?
Fácil: sin lenguaje no hay patología.
II
La soledad es tóxica,
pero se puede compartir (evitando,
en lo posible, al interlocutor tóxico)
Dejá de intoxicarte con tu propio
monóxido, abandoná el monólogo
nocivo y disfrutá la emoción de
compartir tus emisiones tóxicas:
El intercambio enriquece.
III
Hay plantas que no florecen nunca,
se reproducen por esporas.
Hay una que florece una sola vez
en su vida, durante un año, después
de cien.
Luego muere por autocombustión
¿muere intoxicada?
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