(Ricardo Mansoler)
No me rendí:
merendé solo
velando los detalles
que la muerte oculta,
salvo al animal desconocido.
No me rendí,
merendé solo
entre las risas ocultas y veladas
de las ratas y la muerte minuciosa.
No estamos solos, nadie se rindió:
-me arengué merendando-
hay más animales desconocidos
de lo que cualquiera puede
sospechar, sospecho.
Riéndome sin causa
ahora meriendo mirando el paraíso
mecido por el viento,
tan natural y artificial como
cualquier animal desconocido.
¿Meriendo o merendé?
No es muy distinto
para la muerte y sus
paraísos parasitarios.
No puedo ser más preciso:
la precisión tiene un precio
como la vida un costo
No me rendí
merendé solo velando los detalles
que la muerte oculta, minuciosa
como animal desconocido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario