(Aparicio Custom)
Ahora vengo,
me dije y lo agendé
pensando a futuro
(el pasado ya lo tenemos)
desde un gerundio funcional
tomado al azar (recomiendo éste)
A nadie le interesa lo que le
pasa al otro, y menos lo que
le pasó en el pasado.
Cuando se tiene más pasado que
futuro, hay que cobrar conciencia
para capitalizar ese pasivo, disponer
intereses devengados y aprovechar
este segmento residual
con un sentido útil y preciso.
A saber: lo que era útil ayer,
puede no serlo hoy (mañana no
se sabe)
II
Ahora vengo,
me dije y lo agendé
para tener futuro:
Una agenda es una apuesta a futuro
(una agenda cargada, es un arma)
Una agenda abierta es un arma
cargada de futuro, amén de una
metáfora recurrente que excede
toda pretensión poética.
La repetición es un arma, como el
conocimiento. Conocer las armas
que manejamos brinda seguridad
de cara al futuro, que es siempre
incierto.
La repetición es un arma,
volví a agendarme ante la mirada
atónita del gendarme.
Podría haber actuado de oficio,
pero no sé actuar y nunca tuve
ningún oficio oficial.
Volví a mi agenda, a descargar
las novedades con vistas al futuro:
Sin novedad, me apuntó el gendarme
que custodia mi agenda (Hay que
asegurar la privacidad de los efectos
personales que son parte de nuestra
intimidad inapropiable)
III
Ahora vengo, agregué para no repetirme.
No sé si la venganza es el placer de los
dioses, dios sabrá.
Y sin ánimo de venganza, procedí a
devengar los intereses acumulados,
para luego retomar mi agenda con
normalidad.
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