(Dudamel Rambler)
Ante el festival de importaciones,
es imperante volver a lo nuestro
y rescatar los valores autóctonos
auténticos.
Se puede sustituir una buena parte
de ese material importado, con la
producción propia.
En el ámbito de las industrias
culturales, por ejemplo, hay un
poema nacional y popular de
calidad equivalente:
Hay recursos de sobra y suficiente
capacidad ociosa para desarrollar.
¿Estamos produciendo el sentido
que necesitamos?
¿Se debería subsidiar ese segmento
de la producción dudosa o subjetiva?
¿Habría que bajar los costos de los insumos
para que todo el mundo tuviera acceso a las
herramientas poéticas de última generación
y todos produjéramos nuestros propios
poemas como quería Lautreamont?
¿Cuántos poemas necesita un hombre
promedio, para autoabastecerse y no
depender de otros?
¿Cuántos para autopercibirse en su
verdadera dimensión, generar su propio
sentido y reconocerse perfectamente
inútil?
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