(Aparicio Custom)
Hay nuevos incentivos para acceder
a lo incierto.
Penetrar el misterio de lo incierto
excita al espíritu deseoso de aventura:
Hay mucho por conocer, un espíritu
deseoso se aventura en cualquier cosa.
La realidad, pocas veces es como
deseáramos que fuera.
Fuera de ésto, está lo incierto, el misterio
con los riesgos que supone la aventura:
¿Qué mayor aventura que aceptar el desafío
y acceder a los misterios de lo incierto?
Tenemos suficientes certezas para acceder
a una vida previsible y transitarla sin
sobresaltos. Pero ¿y el deseo?
¿Y la aventura? ¿Y los otros planos que
la realidad oculta? ¿Vale la pena resignarse
a esta vida plana, sin riesgo ni aventura?
La aventura de acceder:
Hay accesos, accidentes y accesorios
accesibles para mejorar el acceso.
Acceder: La misma palabra posee
esa magia que nos induce a la aventura.
El acceso carnal, virtual, supracarnal,
aproximal, confesional es siempre una
cuestión de fe.
La fe, la pasión, lo incierto, son elementos
constitutivos de la vida, y categorías
exclusivamente humanas:
Ningún otro animal profesaría estas cosas.
La carne es incierta, en cierto modo, pero
no nos es ajena.
Encarnar lo incierto es una experiencia
única, y también una aventura no elegida.
Acceder, no es entrar a un lugar, a un cuerpo,
a una ilusión incorporable. Es algo más:
Es trascender un estado conocido y aventurarse
a un cambio, cuyas consecuencias ignoramos.
Un pasaporte a lo incierto, tal vez sin retorno:
El riesgo de lo incierto.
Sin riesgo no hay aventura: acceder es penetrar
esos misterios y explorar; tal vez valga la pena,
sólo lo sabremos accediendo.
Disponemos de recursos para acceder a casi
todo: Elige tu propia aventura, disfruta el
acceso.
Podría ser lo único disfrutable.
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