(Epilobio Asking)
La producción de belleza inútil
debiera ser tolerada, mientras no
afecte la organización productiva
y las actividades normales de la
sociedad.
Es aceptable el desvío inocuo
cuando no altera el desarrollo de
las fuerzas productivas, ni la
producción de conocimiento útil.
Preguntar por la utilidad de la belleza
es propio de la filosofía, que suele
regodearse en la formulación de
preguntas inútiles.
Algunos poetas incurren en lo mismo;
tal vez se crean filósofos: ambos tienen
en común una búsqueda estética de lo
inútil:
Nunca es bella la verdad, y a menudo
puede resultar más útil no conocerla.
La pretensión estética de lo inutil,
cultivada por filósofos, poetas y ciertos
pensadores ociosos, es también una
forma de goce, que será superada por
el trabajo, la prepotencia del trabajo
y la cultura del trabajo.
Por ahora somos tolerantes.
El valor de la belleza es tan incierto
como inestable: todos los valores en
evolución, están sujetos a vaivenes y
altibajos.
Soy de abajo.
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