(Germán Singerman)
Mi alma no se contenta
con haberse perdido,
suspiraba el desertor nativo.
Algunos pierden la razón, otros
la vista, la memoria o el deseo.
Conocemos distintas pérdidas;
se pierde el tiempo enumerando.
Lo único seguro para todos, es
la pérdida de la juventud.
Hay que aceptarlo con naturalidad.
Hablar de juventud perdida, es inútil:
Se pierde todo el tiempo, en forma
irremisible.
En todas las épocas hay jóvenes
que dilapidan su condición, sea por
negligencia, malas influencias o por
falta de conocimiento:
Sólo con la madurez, se adquiere
conciencia plena de lo que se perdió.
Perder el alma es algo azaroso,
que puede pasar desapercibido,
incluso para el portador sano.
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