miércoles, 3 de abril de 2024

El camino deseado

 

(Asensio Escalante)

 

El sentido del deseo

es ajeno a los otros.


No hay un deseo consentido

ni conciencia de su consistencia.


El deseo no busca otros

sentidos para apropiarse y

crecer.


No se necesita una conciencia

para desear o ser deseado.


Nadie busca nada ni se mueve

sin deseo, o una pizca.


Las pistas son diversas y riesgosas,

se pierden todo el tiempo, por lo

regular:


De eso se encarga la conciencia,

ella corrige los desvíos y evita

los desmadres, proveyendo sentido

a cada emisión, o movimiento.


Sólo los estímulos provienen

del deseo: Una parte se pierde,

la otra se transforma y produce

otros sentidos:


-Lo siento, voy sin brújula,

perdí la orientación, las referencias

y es posible que perdiera el eje.


Señor, siento que vacilo en un bosque

ajeno y sin salida; estoy perdido ¿Qué

debo hacer?


-Siga, siga… Nada hay que hacer

y no hay por qué inquietarse, ni

detenerse: Todo lo que se pierde

es parte del camino.


-¿Qué camino?


-Tu camino, que es éste y es el único.

Menos averigua Dios y perdona.


¿Acaso no deseas continuar?

¿O esperabas que hubiera algún otro

sentido?


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