(Encarnación Segura)
El canibalismo no fracasó,
sólo adoptó otras formas:
supo adaptarse a las nuevas
condiciones históricas
y recovertirse:
Evolucionó en un modelo
sustentable.
No fracasó, no fue superado,
ni parece merecerlo.
II
El Wendigo es una criatura mitológica
ancestral de unos cuatro mil años.
Habitaba en los bosques de Canadá
y aterrorizaba a quienes osaran
internarse en ellos.
No sólo por su aspecto y tamaño, sus
uñas y dientes afilados, el destello de
sus ojos y su grito paralizante:
Su necesidad de devorar carne humana
nunca se saciaba, y al consumirla crecía
más y más.
Con la sola fuerza de sus manos
podía aplastar un cráneo de los nuestros.
Otra de sus particularidades, era el poder
visitar y penetrar el sueño de los hombres,
inoculando la necesidad caníbal para
convertir al infortunado anfitrión en otro
wendigo.
III
Con el tiempo, pasó a ser una leyenda
como tantas criaturas fabulosas de la
mitología.
Hoy ya no se les teme en ninguna parte,
salvo en algún bosque perdido donde aún
subsisten rastros del pasado, en ciertas
culturas marginales, residuales o ancestrales.
En el mundo civilizado es indiferente; hace
mucho que dejamos de creer en dragones y
fantasmas.
Entre wendigos no hay nada que temer:
Conocemos la diferencia entre canibalismo
y antropofagia.
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