(Aparicio Custom)
La coma puede cambiar de lugar
como cualquier sujeto. Puede correrse,
hasta cierto punto, en ese sentido es más
libre que el punto, que no goza de ningún
tipo de movilidad.
Si bien la coma corre con ventaja,
la suya es una movilidad recudida;
sólo conoce dos sentidos: hacia atrás
o adelante. No goza de movilidad
ascendente, ni descendente como
nosotros.
Sin embargo, la coma significo un gran
adelanto para el mundo escribiente y
leyente. Como lo fue el punto, que es
anterior.
Antes de disponer de estos signos
era todo muy confuso, tanto para quien
deseara leer como escribir.
Ya había una Historia, pero su lectura
era dificultosa: Nadie sabía bien cómo
leerla.
Con el correr del tiempo y los distintos
signos de puntuación, todo cambió.
Hoy contamos con distintas lecturas de la
Historia y, si bien ninguna es definitiva
ni excluyente, se puede elegir a voluntad.
La voluntad nunca faltó, y es el punto de
partida para producir o incorporar tanto
Historia, como conocimiento.
El conocimiento aún es parcial, pero al
menos hoy cada uno puede elegir su
propia historia y seleccionar sus lecturas
sin moverse de su lugar:
Observando el movimiento de las comas
y los otros signos de la Historia.
No descartamos que haya nuevos signos
que se sumen, para hacer de este mundo
algo cada vez más legible y legislable.
La agregación arroja resultados positivos:
Siempre funcionó, cada vez somos más,
y eso cuenta.
Disponemos de lecturas suficientes para
entenderlo todo y agregar interpretaciones
que podrían resultar útiles para el futuro,
cuando seamos muchos más.
Aunque todavía hay zonas obscuras,
y no sabemos con certeza si fue primero
la lectura o la escritura.
Se cree que el origen, lo primero fue
un punto, pero no sabemos qué tipo
de punto, y hay bastantes.
El probable que al primero que se aventuró
a escribir no lo leyera nadie.
Aunque puede haber otras lecturas.
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