(Amílcar Ámbanos)
Vengo de socavar y estoy en éxtasis.
¿Existe el éxito excesivo?
¿O no es más que un exceso semántico
exitoso?
Vengamos de donde vengamos, el éxito
de una venganza nunca es definitivo
hasta que no se verifica.
Habría que definir los términos
para arribar a un resultado verdadero
o exitoso.
Para profundizar hay que excavar,
llegar a la raíz, desmalezar y extraer
todos los prefijos hasta llegar a la
matriz, de la que todos somos hijos.
¿Putativos? No me gusta este adjetivo.
¿Descendemos de un éxito ajeno?
¿Somos pura reproducción de algo
que nos excede?
¿Todo éxito es dudoso por naturaleza?
¿Qué dice la Naturaleza?
Nada ¿Sólo nosotros dudamos?
Tengo mis dudas.
¿El éxito en el ejercicio de la duda
nos eleva a un plano superior?
Sólo cavamos hacia abajo, y nadie
ha llegado tan profundo por lo que
sabemos.
Seguiremos profundizando hasta alcanzar
el éxito en su sentido más profundo.
¿Medimos nuestra profundidad,
o sólo medimos las palabras?
Hay que ser mesurados, no caigamos en
excesos: Todo este éxito lo debemos a
la duda que nos desarrolló, a partir del yo
y de la conciencia del yo.
Existe el éxtasis de diseño, está probado.
Pero el éxito depende de otros factores:
Hay que seguir cavando y excavando
hasta completar el pozo exitoso.
Por el momento, todo éxito es dudoso.
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