viernes, 30 de agosto de 2024

Alfajores regionales

 

(Florencio Cusenier)

 

Es mentira que el alfajor sea

un invento argentino: hasta la

palabra es árabe.


El colectivo tampoco. Nos vienen

mintiendo desde siempre.


Toda nuestra historia se sostiene

en mentiras, como el ser nacional

o el campo popular:

 

Si existe, está más contaminado 

que la pampa húmeda. 


Lo único que podemos reivindicar

como propio es el dulce de leche,

y hasta por ahí nomás:


Las vacas vinieron de afuera

y el origen del dulce fue un

accidente.


Hay que dejar de vanagloriarse,

nosotros no inventamos nada, ni

la birome: Biro era un inmigrante.


Nos debemos un sinceramiento

verdadero: No tenemos mucho

para enorgullecernos.


Lo más sensato es reconocer y aceptar

nuestra procedencia apócrifa y olvidar

esas patrañas que venimos repitiendo:


No nos une el amor, la identidad, ni

nada semejante. El apego al pago

es otra falacia de diseño que todavía

estamos pagando:

 

Lo único que nos une es una deuda 

espuria.


¿Fuimos una colonia exitosa?


Tal vez, ahora ni eso.

No nos engañemos, es absurdo

pretender sincerar la economía,

otra mentira: ella es parte del engaño.


Puede que nuestros alfajores sean

los mejores, o al menos los más

caros, pero no los inventamos:


No inventamos nada, es todo un

invento, como nosotros. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Licencia Creative Commons
http/:Demolicionyobranueva.blogspot.com por José Luis Greco se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 3.0 Unported.
Basada en una obra en Demolicionyobranueva.blogspot.com.
Permisos que vayan más allá de lo cubierto por esta licencia pueden encontrarse en Demolicionyobranueva.blogspot.com.