(Onésimo Evans)
La vaca se posó en el cuerpo del poema,
cual mariposa en flor de maleza.
No necesitó adaptarse al ecosistema,
es tan natural que la vaca acampe
en el poema, como que se autoperciba
mariposa.
Su cuerpo bovino, no vino a alterar
la infraestructura del poema
ni su flora:
Vocalizaba sin desafinar
con el espacio finito
en que descienden los poemas.
Sigue ahí, todavía está,
esa vaca no se acaba con el poema;
permanece sin necesidad de adaptación:
Supo entrar y acampar, saberse parte
del paisaje del poema sin bucolizarlo
ni metamorfosearlo para adaptarlo
a su metabolismo.
Llegó para quedarse: El poema reposa
y se abandona, echado sobre el cuerpo
de su vaca. Ella lo contiene, y goza
como una mariposa entre las flores
de maleza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario