(Carlos Inquilino)
El mundo está poblado de patógenos
y gérmenes inhóspitos.
Saben circular a la par nuestra,
incluso con mayor libertad.
Para ser justos, son más antiguos
y su capacidad de adaptación es
casi tan encomiable como la que
ostentamos nosotros, con orgullo.
El orgullo es un sentimiento bien
nuestro, propio y exclusivo de la especie,
y posee una gran capacidad de adaptación:
Somos libres de disponer a voluntad
y enorgullecernos de cualquier cosa:
Luego, el orgullo es también una buena
fuente de producción de goce.
Gozamos de las propiedades del orgullo;
es para estar orgullosos, cualquiera lo estaría
en nuestro lugar.
El mundo está plagado de gérmenes
y agentes patológicos, que medran
con nuestros movimientos.
Saben pasar de un cuerpo a otro
como cualquier palabra grave, aguda,
inhóspita o esdrújula:
Su presencia resulta indetectable
antes de la infección. Sabemos que están,
que circulan y no dejan de rodearnos:
Sólo esperan su oportunidad,
como nosotros.
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