(Emeterio Askman)
La unidad la hacemos entre todos.
Los discursos sesgados conspiran
contra el sentido uniforme y unimembre
que todos compartimos como valor
primero.
Hay que sincerarse hasta las últimas
consecuencias y aceptar las miserias
del otro como propias:
Sin miseria, no hay propiedad que
prospere. No lo digo yo, hay suficiente
evidencia histórica acumulada.
La unidad se construye, todos tenemos
que ceder un poco. Hay que acordar con
todos los sectores de las fuerzas vivas,
tanto como de las otras.
La unidad es el único camino para la
superación liberadora: Es necesario
el concurso de toda la gente de bien,
tanto como de las mayorías acanalladas.
Disponemos de recursos para persuadirlos
de las ventajas de sumarse por propia
voluntad. Luego, también contamos con
otros recursos para que recapaciten.
La unidad nos compromete a todos
por igual: Es un valor que no tiene precio,
a diferencia de nosotros, meros recursos.
El es único fin que justifica todos los medios
para lograr la liberación final de las fuerzas
productivas sin distinción de banderías.
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