(Eleuterio York)
Hay cuerpos simples y compuestos:
un espermatozoide, una vaca, un
bacilo o un poema son ejemplos.
Si la vaca se incorpora
produce un volumen de sombra
proporcional al cuerpo del poema
homónimo, aún vacante.
Si la vaca se incorpora al poema
le agrega volumen a su cuerpo,
lo engorda y lo contiene para que
pueda rumiar a voluntad.
Hasta el más simple de los poemas
es un cuerpo compuesto: algunos,
podrían contener signos vitales,
como una vaca u otros seres animados.
Un cuerpo animado es como un ángel
relleno y comestible: Todos los cuerpos
animados lo somos, podemos dar fe.
Una piedra genérica es un cuerpo simple,
al parecer, pero contiene miles de años de
trabajo (aunque al no ser trabajo humano
carece de valor)
Así como toda célula procede de otra,
todo cuerpo puede haber sido parte de
otro.
Los inorgánicos no perecen
ni se descomponen, aunque sean
compuestos.
Hay cuerpos simples y compuestos:
Sólo los compuestos lo sabemos.
La vaca se adapta bien al cuerpo del poema.
Los poemas sin animales, aunque sea una
vaquita de San Antonio, son cuerpos flacos,
escuálidos y de dudosa composición.
Sus signos vitales son inciertos,
como los de una vaca muerta.
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