(Manuel Lupanares)
La virtud es lo primero que se
pierde, me dijo un perdedor virtual
empedernido.
Después, vamos perdiendo otras
cosas: la compostura, la dignidad,
el respeto… Pero la esperanza, es
lo último que se pierde.
Sin esperanza, todo es una pérdida
de tiempo. Yo puedo parecer perdido,
pero nunca dejé de estar esperanzado:
Ella es la única que nunca me abandonó.
Vale más que cualquier virtud: Las virtudes,
como las mujeres, van y vienen y tarde o
temprano se pierden.
En cambio, la esperanza es un derecho
universal, más respetado que la vida misma.
Los débiles, desposeídos de virtudes y valores,
expertos perdedores, somos mayoría y nunca
perdemos la esperanza:
Sabemos que no sobreviviríamos mucho
sin ella.
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