(Aparicio Custom)
Leía a la velocidad de la luz
gracias al curso de lectura veloz.
En un momento me percibí
como un iluminado:
sensación única que no pude atesorar.
Podría haber llegado más cerca
pero estaba solo, acá, mientras
todo circulaba con normalidad
ahí.
Pensé en la vida útil de la luz
y en la proporción áurea: fue un flash.
Pensé al pasar en los derechos
del virus preexistente y en la correlación
de fuerzas entre los algoritmos
que nos separan de la muerte.
¿Una elección inteligente?
Paso y quiero. Repasé mi estado actual:
un estado avanzado: avanzamos en campo
enemigo con respeto por lo regular.
La potencia rota, la ecuación del poder
no se modifica, pero la rotación estratégica
confunde al enemigo, sean fuerzas regulares
o irregulares: es un entrar salir, sin puestos
fijos; nadie sabe quien es quien.
Después de defender con éxito la posición,
cambia el sentido y pasamos al ataque.
Esta continuidad resulta sospechosa,
el futuro puede tender una trampa
en cualquier parte.
Pero el presente es nuestro,
se lee en las pancartas abandonadas
¿Cuánto hace?
Hay novedades: la luz cayó en servicio,
pero mientras la están velando
hay nuevos focos de tensión.
La lucha se puede abandonar como estrategia
sin dejar de hacer inteligencia y recabar
información valiosa.
Una buena táctica puede más que un ejército
de desocupados, pero toda lucha por el
poder termina en el trabajo.
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