(Nicasio Uranio)
¿A quién le importan los mitos?
Son el pasado, es literatura.
¿A quién le importa la literatura?
A los ociosos y los desviados:
El ocio no tiene futuro, no produce
nada; o al menos nada intercambiable.
¿Conoces el mito de la araña y el
gorgojo montaraz?
Nada crece con ocio,
conocemos vicios y virtudes:
Los ociosos no conocerán el paraíso
que estamos asfaltando. Repito
¿A quién le importan los mitos?
A mitómanos, ociosos, y sus socios
onanistas: La misma miasma que
nutre a los poetas.
Los mitos son explicaciones peregrinas
y absurdas para justificar el fracaso del
conocimiento de nuestros antepasados:
Un lastre inútil.
¿A quién le importa el pasado?
A los que buscan culpables para justificar
su fracaso. Autores y suscriptores de tanta
letra muerta que pulula: Inútiles no asumidos
que hacen y consumen toda esa basura, que
algunos insisten en llamar literatura.
Lo único que puede proliferar en el ocio
es el vicio y la desidia, no seamos necios.
Ellos no entienden que la naturaleza es
crecimiento, la vida es expansión y
libertad de competencia.
Los ociosos son una malformación, un
exceso biológico, como un tumor
patológico cuya actividad parasitaria es
funcional al enemigo común, que conspira
contra la evolución y el crecimiento sano.
¿Conoces el mito del gusano trepador
y la montaña?
Pero las sociedades más avanzadas y
prósperas, ya no lo combaten: Saben
que el ocio tiene los días contados:
El futuro es producción e intercambio.
Quien ose cultivar el ocio, será mantenido
en aislamiento preventivo: No hay nada
que intercambiar con ellos.
Un organismo sano, un cuerpo altamente
organizado, produce los anticuerpos que
necesita para mantener a raya a aquellos
que ponen en peligro su desarrollo saludable
y su crecimiento continuo.
¿A quién le importan los mitos?
¿A quién le puede importar el pasado?
A nuestras mitocondrias no: Nada nos ata
al pasado ni nos une. Creemos en nuestra
vocación de futuro y en los recursos que
disponemos y en los que yacen en el futuro,
esperando ser aprovechados.
No hay muchas alternativas:
Se trata de crecer o morir.
Los mitos no cumplen ninguna función
en el crecimiento, por el contrario,
lo retrasan mirando hacia atrás.
Todos los mitos son repeticiones.
Se trata de crecer o morir,
y repitiendo no se crece.
¿Conoces el mito tantas veces repetido
del Sermón de la montaña de excremento?
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