(Tomás Mercante)
El muerto se ríe del degollado,
decía mi madre, ya muerta, cuando
todavía podía decir cosas coherentes.
Tenía un pequeño repertorio
de frases que repetía, cuando
se presentaba la ocasión.
Hay ocasiones que se presentan
a repetición: sólo es cuestión de
estar atento, aprovechar y repetir.
Todos tenemos un repertorio propio
de gestos y voces que repetimos.
Como la risa, que es en sí misma
una forma de repetición, pero a la
vez es un rasgo identitario:
Todas son únicas, y es lo único que
no puede ser imitado.
Ella tenía una risa abierta, estruendosa
como toda persona extrovertida, alegre
y optimista. Todo lo contrario de la mía:
Algunos nos reímos para adentro,
aunque sea un oxímoron. Pero nunca
me reí de un degollado, ni antes ni
después de muerto.
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