jueves, 29 de febrero de 2024

Intrigas de barrio

 

(Nicasio Uranio)

 

Con su pene penoso

un tal Eufemio Troncoso

hace las delicias de doncellas

y mozas, y otras más añosas,

pero no menos avidosas.


Petiso, patizambo, desgarbado

y desdeñoso, con su pene penoso,

Don Eufemio Troncoso hace lo suyo,

no da abasto, y es la envidia de todas

las fuerzas vivas viriles, del barrio

de Troncoso y aledaños:


Casados y solteros, reincidentes y

aspirantes en edad de merecer o no,

todos se preguntan:


¿Cómo hace, ese poligriyo de Troncoso

con su pene penoso y ya famoso?


Es más que dudoso.


Los jóvenes abandonan los gimnasios,

han dejado de trabajar sus músculos

y cultivar su cuerpo; no se peinan, ni

perfuman, ni acicalan:


Se abandonan para parecerse a Troncoso.

Mi hijo adolescente, que siempre me imitaba

y quería ser como yo, ahora me mira

de soslayo y me confiesa:


Papá, yo quiero ser como Troncoso.

No supe qué decirle, nadie sabe

y todos se preguntan ¿Qué hace, qué

habrá hecho este Troncoso para merecer

esa suerte?


¿Qué hizo? ¿Qué tendrá el petiso?


Nadie sabe, no parece haber motivo.

Pero según averiguó un vecino, hay uno:

Maneja como nadie el lenguaje inclusivo,

ese cretino de Troncoso.


Así cualquiera...




miércoles, 28 de febrero de 2024

El nadador autodidacta

 

(Elpidio Lamela)

 

-Dicen que usted, además de filósofo, teólogo

y poeta autodidacta, cuenta entre sus proezas

haber aprendido a nadar solo. ¿Es verdad?


-Afirmativo, siempre nadé solo.

 

-¿Lo recomendaría?

 

-No, nunca doy consejos ni recomendaciones.

¿Por qué lo haría?  Yo me hice solo, a mi me

funcionó.


-¿Podría describir ese aprendizaje?


-Fue hace mucho, en mi juventud. Un día que

me encontraba solo, aburrido y dije: voy a nadar

un poco, y ahí me largué.


-¿No tuvo miedo?


-No, no soy de tener miedo, soy un hombre seguro.


-La gente que no sabe nada de nadar suele temer al agua, 

la respeta.


-Yo nunca le falté el respeto, pero no es el caso:

estaba lejos del agua.


-¿Y cómo nadaba?


-Como todo el mundo, no es difícil. Soy un gran

observador, y había observado mucho de lo que se

nada. Tenía todos los movimientos de los que saben.

La observación es una forma de conocimiento; no es

la única, pero tal vez sea la mejor.


-Pero nadar sin agua es dudoso, no creo que se pueda

avanzar mucho…


-No crea, yo avancé bastante.


-¿Y cómo le fue con el agua?


-Siempre tuve una buena relación. Uno no puede llevarse

mal con el agua, sería como no entenderse con uno mismo:

somos casi dos tercios de agua…


-Quiero decir, ¿Qué pasó al llevar su práctica teórica al agua?


-No necesité esa experiencia, soy un hombre seguro de sí

mismo, no tengo dudas. El que está seguro, no necesita

ponerse a prueba ni tiene nada que probar.


-¿Y cómo sabe que nada sin confrontar con la realidad del

agua, sin verificarlo?


-Vea, yo sé que nado, como tantas otras cosas que sé, y no

hago porque no lo necesito. Cuando tenga que nadar, y sea

necesario, lo haré sin vacilar. No tenga dudas.


-Dicen que el conocimiento no se conserva mucho

cuando no se usa…


-Es cierto, pero no es mi caso: yo tengo una rutina

establecida, domino todos los estilos y todos los días nado algo.


martes, 27 de febrero de 2024

Amarres

 

(Asensio Escalante) 


Amores de ultramar

Amares de ultramor


Amarres que celebran armisticios

para que el fuego amigo

y enemigo del amor no se propague

y se ahogue en su mar


Mares muertos donde yacen

amarres y velámenes, arboladuras

sin amaromar de amores truncos

que se hundieron en el mar

de las palabras


Mares de palabras olvidadas

por tripulaciones y mareas

tan antiguas como esos náufragos

pioneros que aún agitan sus

banderas invisibles desde improbables

ínsulas hundiéndose.


Y siguen esperando por un puerto,

una señal, un signo leve que se eleve

desde el agua como promesa

a amaromar.


El mar, como el amor,

es un misterio.

Guardapolvo blanco

 

(Amílcar Ámbanos)

 

Se ha perdido la cultura de guardar,

conservar aquello que supo sernos

útil hasta ayer.


El vértigo nos consume y el tiempo

apremia: la necesidad de consumir,

nos lleva a sobrevalorar lo nuevo.


Los espacios tienden a reducirse, y

en las modernas unidades funcionales

no hay lugar para atesorar: lo viejo

debe hacer lugar a lo que viene:


Todo lo que viene, viene a reemplazar

algo, no se sabe con qué resultado.

No vivimos de resultados, sino del

intercambio.


La cultura es dinámica. Se creía, hasta

hace poco que las modas siempre vuelven,

en un eterno retorno. Algunos guardaban

ropa de otras épocas, esperando la ocasión.


Hoy ya no ocurre eso, no hay tiempo de

esperar la vuelta; el tiempo pasa y no vuelve.

No hay que apegarse a objetos que ya

cumplieron su función, o su ciclo.


Yo todavía creo conservar un guardapolvo

de mi época escolar. Lo había heredado,

no me acuerdo de quién: son demasiados

años para conservar la memoria.


Mi hijo no lo quiso, y yo no creo que vuelva

a necesitarlo, pero tuve una relación entrañable

y es el único testimonio que me queda

de aquellos años de adaptación a este mundo.


No pude completarla, el mundo cambió.

Yo también, y no completé mi formación.


Tampoco sé dónde estará esa prenda

que me empeñé en conservar:


Entre el tiempo, las mudanzas y la pérdida de

la memoria, es probable que se lo haya comido

el polvo. Recuerdo que era blanco.


domingo, 25 de febrero de 2024

Mi unicornio overo

 

(Egberto Ovando)

 

Mi unicornio overo

ayer se me soliviantó.


Se plantó firme conminándome:

O me conseguís algo con que aparearme

o no me ves más el cuerno.


Intenté persuadirlo, explicándole las

dificultades del caso:


Pará, Rubén, no es sencillo encontrar lo

que pedís; vos sos un ser muy especial,

tenés el privilegio de ser único, y estás

acá por milagro. Yo te doy todo lo que

puedo, pero hay cosas que no puedo…

¿Qué culpa tengo de que pertenezcas a

una especie exótica y discontinuada?

Tratá de ser razonable ¿Dónde vas a estar

como acá? Tené un poco de paciencia…


¿Paciencia? ¿Qué es eso? Estoy en edad

de merecer, hace rato que estoy ¿Qué tengo

que esperar? ¿Convertirme en un paciente

psiquiátrico?


-No quise decir eso, yo te veo bien, sano y

rozagante. Tenés que confiar en el destino,

algo va a aparecer, ya vamos a encontrar la

forma de que no te frustres. Los milagros

existen: la vida misma es un milagro…


-No voy a malograr mi vida útil esperando

en vano. Si vos te podés arreglar solo, allá

vos, es cosa tuya. No te juzgo, cada cual se

satisface como puede.

Pero yo voy a salir a buscar mi destino, un

unicornio overo como yo, que sabe lo que

siente, es tan sujeto de derecho como vos

y cualquier otra criatura fabulosa o no.

Tengo derecho a conocer el amor.


-El amor es otra cosa, nadie sabe bien qué

es.  Pero yo te amo, Rubén…


-Salí, dejame solo.


Enemigos estratégicos

 

(Gualterio Whiteman)

 

Aprovechar la fuerza del otro

para combatirlo, es una fórmula

conocida en la práctica deportiva

de alta competencia, y estudiada

desde hace siglos por teóricos y

estrategas de las Artes militares.


En otras palabras, aprovechar es

apropiarse de los recursos del

enemigo para utilizarlos en sentido

contrario:


Un simple cambio de signo.


Sabemos que todo puede cambiar de

signo, los signos son cambiantes.

El enemigo también lo sabe, y adopta

formas cambiantes para avanzar,

apropiarse de nuestros recursos, y

cambiar las condiciones:


La confusión lograda, es parte de la batalla:

Aumentar las dificultades para identificar

al enemigo verdadero (que sabe crear otros)

es parte de la estrategia.


Luego están los movimientos tácticos.

No necesitan tantas armas, aunque disponen

del material más sofisticado y no dudarían

en usarlo, llegado el caso, como ha pasado.


Hace mucho que descubrieron el valor de la

palabra como recurso, es decir arma. Y

supieron invertir en el desarrollo de ese

recurso estratégico, con los resultados que

están a la vista.


Las palabras son signos, y también cambian

de signo: Se empieza por agregarle sentidos,

se neutralizan, se desguazan y se ponen en

valor: un valor agregado, distinto y opuesto

al original. Luego se naturaliza el nuevo valor

apropiado, algo sencillo, ya que es propio del

humano naturalizar casi todo.


Aprendieron que en esta operación, la clave

son los recursos emotivos: las emociones son

más útiles que la razón para manipular y

controlar conciencias.


Funciona: Hay evidencia suficiente.

Es bueno que lo sepas, antes que estas

palabras cambien de signo y dejen de

ser lo que son:


En pocas palabras vos también podés

convertirte en enemigo, y ni te enterás.



sábado, 24 de febrero de 2024

La aventura de la vida

 

(Aparicio Custom)

 

Escalando el escándalo hacia

adentro, recuperé habilidades

que creía perdidas.


Desactivé las trampas y los miedos

que me impedían avanzar y descubrí

una capacidad innata que ni conocía.


Ahora disfruto esta serenidad inédita

sin contratiempos y suspiro sin medida:


Los excesos no eran tales, la verdad

tampoco es para todos. Sólo algunos

espíritus excesivos llegan a gozar del

conocimiento verdadero.


Éste no es, en rigor, un puro goce

y tampoco es un lugar seguro.


Nunca olvido las palabras del sabio:


No escarbes en tu propia basura.

Siempre es más interesante la del otro.


Elige tu propia aventura.


Migrar o repetir

 

(Amílcar Ámbanos)

 

Encontré un ave migratoria

en el mingitorio de un bar

que no suelo frecuentar.


¿Todo bien?


-Sí, amigo. Después de un viaje

largo uno necesita alivianarse.


-¿Viene de muy lejos?


-Ni le cuento, si le digo la verdad

le miento: Vengo desde el olvido.


-Es verdad, está mintiendo: ese verso

no sólo me es conocido, sino que es

el comienzo de una zamba muy especial .


-¿Qué tiene de especial? Dicen que son

todas iguales.


-No, y esa es una de las mejores para mí.

Creo que es la única que sé de memoria;

se la puedo cantar…


-No hace falta, tal vez en otro momento.

Pero esta vez no mentí, le dije la verdad.


-No siga con eso, ya lo descubrí ¿Cómo va

a venir desde el olvido? De ciertos lugares

no se vuelve, como la mentira.


-La verdad es que no sé de dónde vengo,

hace mucho que ando yendo y viniendo,

¿Ud. sabe?


-Sí, naturalmente tengo una historia, y hasta

donde puedo saber, la conozco.


-Sabe hasta ahí, un conocimiento parcial.

Entonces no hable de verdad:

No hay verdades parciales.


-¿También debo creerle que no conocía el

verso del poeta?


-No me crea. Pude haberlo sabido, tal vez,

pero suelo olvidar más de lo que sé: Soy

sincero, el que olvida no miente.


-En ese caso, no podría creerle nada y este

diálogo no tendría sentido.


-Está bien, no es necesario que crea. Olvide

todo.


-Lo voy a pensar, no sé si podré. ¿Tiene

sentido olvidar todo?


-Yo creo, es mi fórmula del éxito. No hace

falta que me crea.


-No, claro ¿Qué éxito?


-Hace bien en no creer, yo tampoco creo en

el éxito. Por eso voy y vengo, repito.


-¿Vive repitiéndose?


-Sí, se puede.


-Ya veo… ¿Y también le da por repetir el

canto de otros pájaros?


-No soy muy bueno en el canto, creo que no

es lo mío. Pero puedo reproducir casi todo

con bastante éxito. Me divierte más imitar

conductas.


-¿Por ejemplo?


-Y, hay aves carroñeras, de rapiña, aves fabulosas,

aves de cetrería, está el ave solitaria y tantas otras.

Yo soy un pájaro sin estirpe, sin demasiada identidad.

Pero puedo confundirme con otros:

El ave migratoria va y viene, buscando climas más

propicios. No está mal para imitar ¿No le parece?


-Ah, tampoco es un ave migratoria, debí haberlo

sospechado. ¿Y qué es, si se puede saber?


-No lo sé, si le digo la verdad le miento.

¿Usted sabe?


jueves, 22 de febrero de 2024

El animal más útil de la historia

 

(Serafín Cuesta)

 

Hay animales que no sirven para nada.

Aceptamos, aunque esta percepción

no sea recíproca.


Para un hematófago, como este mosquito

que acabo de aplastar, nosotros somos

útiles: Nuestra sangre es un insumo esencial

para cumplir su ciclo reproductivo.


Para otras especies podemos ser inútiles o

peligrosos, pero al menos tenemos la certeza

de no figurar en la lista de animales inútiles

del mosquito hembra.


Si no fuera por el peligro de contagio

que representa su picadura, podríamos

cultivar el altruísmo y disfrutar que

algo tan insignificante como una gota

de sangre nuestra, pueda convertirse en

nuevas vidas.


Hay otras criaturas, como el certófago,

que devora certezas y se desarrolla entre

nosotros, de quien podría afirmarse que

no sirven para nada.


Pero nuestra percepción de animales

superiores es bastante amplia y, si bien no

solemos cultivar el altruísmo, apreciamos

la humildad en cuanto al sentido de lo útil:

 

Hay utilidades que aún no conocemos.


Y no nos vanagloriamos de nuestra condición

superior, aunque tengamos argumentos para

hacerlo.


Es posible que seamos el más humilde de

los animales conocidos. No sé si es un exceso,

sabiendo con certeza que somos los más útiles.


Tengo mis dudas, como otros de nosotros:

¿certófagos o certífagos?


miércoles, 21 de febrero de 2024

Produce tu propio repelente

 

(Aparicio Custom)

 

¿Cómo producir tu propio repelente

personal antipersona?


No, no te impacientes, primero es

necesario aprender a controlar la

ansiedad. Luego:


Trabajar un método eficaz para evitar

la dependencia: Ni la ansiedad, ni la

adicción son cosas naturales.


¿Por qué habría de serlo la dependencia,

que raras veces nos hace felices?


Las hormonas de la felicidad son dos:

serotonina y dopamina. El resto es

cháchara, literatura, intercambio de spam.


Disponiendo de estas hormonas hermanas

no tendrías motivos para depender de nadie

y controlarías tus emociones con emisiones

felices bajo tu control, sin intermediarios

ni mediaciones engorrosas.


Hay dos modos de obtenerlas: Negociando

con tu droguería de confianza, o aprendiendo

a producirlas en forma autónoma, independiente,

con tu propio cuerpo. No es difícil:


Si te suscribes a esta plataforma, recibirás

toda la información necesaria, en nuestro

“Protocolo para la producción autónoma

de hormonas felices”


Siguiendo los pasos indicados, podrás acceder

al goce de la verdadera felicidad, a partir de la

autogestión de un cuerpo soberano.


Por ahora es suficiente.

Luego, una vez alcanzado este humilde objetivo,

tendrás acceso a un instructivo para mantener

el éxito incorporado a tu cuerpo feliz, aprendiendo

a preparar tu propio repelente antipersona.


No hay mucho que pensar… O sí: La felicidad

tiene un precio, cualquiera pagaría fortunas.

Pero hoy te la ofrecemos a un valor irrisorio:

Sólo se trata de cubrir los costos operativos

para sostener la aplicación que te acerca a la

felicidad verdadera.


El repelente antipersona ha sido sometido a

todas las pruebas y controles de calidad con

resultados óptimos. Te librará de todo tipo

de gente tóxica que suele ser atraída por las

personas felices.


Contamos con atención personalizada.

 

No dependas de nadie:

Sí, podemos ser más felices.

Sólo depende de vos.


martes, 20 de febrero de 2024

Cuando todo madure

 

(José Luis Greco)

 

Lo esencial es invisible a los hijos,

pudo haber dicho mi padre muerto

antes de alcanzar su madurez.


No hace falta alcanzarla para morir.

Tal vez no se alcance en esta vida,

o sea la vida que no alcanza.


Tal vez dependa todo del pasado

y haya que dejarlo madurar.


Yo paso: Hay vidas que no maduran

nunca y tal vez sirvan para que otros

alcancen su madurez.


Los buenos ejemplos son tan útiles

como éste.


Lo esencial no son los ojos, ni las

miradas paternas o maternas:

Todos los hijos descendemos del pasado,

un pasado que siempre nos excede.


No hay muertes ejemplares, ni vidas

que podamos reproducir. Otra cosa

es el deseo; hay quien desea morir y

no lo consigue.


Supe superar la edad alcanzada por mi

padre, diez años casi, sin alcanzar la

madurez deseada. ¿Era un deseo?


¿Cómo es el deseo de la madurez?

¿Es un deseo más maduro?

¿Qué clase de vida hay después de

haberla alcanzado? ¿Qué nos queda

por alcanzar?


Lo esencial permanece invisible,

es mejor no preguntar nada, hasta

no madurar una respuesta apropiada.


A los ojos de los hijos, siempre

seremos padres maduros: no saben

lo que es la madurez.


Sus padres son los que son:

El hijo nunca elige.


No se lo dije, pero tal vez lo haga,

cuando madure. Es posible que lo

sepa, se lo ve maduro. Yo, a su edad

era un tiro al aire.


(Pero no lo veía, no sé si alguien

lo veía)


Cántigas al desgaire

 

(Epifanio Webber)

 

El zigzaguear del aire

continúa escalando, incólume

entre las huestes de los vivos

y sus vaivenes secuenciados

de segunda mano.


En tercer lugar entre el vacío

y el aire encolumnándose.

Otros tan mortales como el que

más, pero que no vienen ni van:


Se dejan llevar por el aire

zigzagueante que resuelve derroteros

y destinos ambulantes al azar.


El azar puede hacer milagros

-de hecho los ha hecho-

y hacer que desaparezcan en el aire.


El aire no se puede crear,

aunque todos creamos en el aire.


En segundo lugar, es primordial

la inclinación del plano ante el

ángulo correcto, para que aquellos

escalen posiciones y pujen entre

sí por salir airosos.


El aire permanece ajeno a los vaivenes

de los consumidores, cualquiera sea el

grado alcanzado en la carrera aspiracional.


lunes, 19 de febrero de 2024

Nenúfares

 

(Serafín Cuesta)

 

Ayer me ufané de mis nenúfares,

no son muchas pero eran suficientes.

Necesitaba hacerlo, hacía mucho

que no me ufanaba con sentido.


Un nenúfar, es más que suficiente

para ufanarse, creo. Y cada uno es

libre de ufanarse de lo que crea que

lo merece, en algún sentido:


En algún sentido, también son creencias

los sentidos, podría consentir.


Un nenúfar es más bello que una planta

industrial, un automóvil o un enjambre

de ellos.


Una bellota es bella, también, pero no

tengo como para ufanarme: Es difícil

ufanarse de lo que no se tiene.


Los nenúfares son plantas exóticas y

acuáticas, con flores bellas y exóticas

(lo exótico suele ser también bello)


Para disfrutar de esta belleza, hay que

disponer de agua suficiente, en estado

de reposo o estancada.


El agua estancada puede no ser tan bella,

o sí: depende del observador. Todas las

valoraciones dependen del observador,

que cree en sus sentidos y valores.


Los observadores difieren entre sí, ante

un mismo hecho o paisaje, tanto como

sus observaciones.


Después, cada uno puede ufanarse con

entera libertad, no sólo de lo bello o lo

exótico o lo propio. No sé qué tan bello

es ufanarse.


Mis nenúfares no son tantos como para

vanagloriarse y salir a florearse por ahí.


No necesito compartirlos, no están a la

vista y tampoco tengo un jardín acuático

y exótico: Me alcanza con imaginarlos,

para que broten y florezcan en la mente.


El agua se encarga de reproducirlos:

Siempre hay un lugar en la mente humana

que hace agua: puede fluir, evaporarse o

estancarse y producir sus propios nenúfares,

y volver a ufanarse sin eufemismos.



domingo, 18 de febrero de 2024

Avance

 

(Periferio Gómara)

 

Hordas que avanzan

en son de jerga

sin medir sus palabras

ni sufijos, entre gruesos

epítetos que abultan el

paisaje en avanzado estado,


anuncian su enlace con hordas

vecinas que también avanzan,

pero en son de guerra, o juerga,

o jerga: nunca se sabe porque

no miden las palabras ni sufijos:


nadie sabe de quién es hijo

ni le importa ¿qué importa saber?


Se sabe que son hordas que avanzan

porque sí, y que la guerra es tan

humana y necesaria como la juerga

y las distintas jergas.


Avanzan porque sí, entre exabruptos

y alimañas ponzoñosas, ignominiosas

o innominadas ¿qué diferencia puede

haber entre alimañas y hordas sin

sufijos?


Avanzan sin motivo, desmotivadas

y perdidas entre los tiempos verbales.


Avanzan sin motivo, ni promesa que

cumplir, avanzan porque sí, como el

poema fuera de contexto, para que

todo siga descendiendo.


sábado, 17 de febrero de 2024

El goce de la seguridad

 

(Aparicio Custom)

 

Todo lo que hagas

puede ser tomado en tu contra:


Pensalo antes, no digas nada:


Todo lo que digas

puede ser tomado en tu contra:


Pensalo antes; no pienses mucho:


Todo lo que pienses

puede ser tomado en tu contra.


No hay mucho que pensar:

Mejor que pensar qué decir

es hacer, sin pensar:


Algo hay que hacer, para no

resultar sospechoso:  Todo lo

que no hagas puede ser tomado

en tu contra.


Lo más seguro es hacer lo que hacen

todos y repetir lo que dicen ellos, los

que saben repetir:


Está probado que la repetición

es lo más seguro.


Sólo ellos están libres de sospecha.


viernes, 16 de febrero de 2024

Las buenas acciones siempre suman

 

(Emeterio Askman)

 

Hoy cometí una buena acción.

Son cada vez más espaciadas entre

nosotros, esta clase de acciones,

sean propias o de terceros.


Es reconfortante, uno se siente mejor

persona, aunque no lo sea: Siempre

hay tiempo para mejorar.


Es aconsejable, cada tanto, participar

de una buena acción o protagonizarla

incluso, aunque pase inadvertida para

los demás, ocupados, como es natural,

en acciones más útiles o necesarias.


Es difícil estar atento a la necesidad del

otro, lo que limita la frecuencia de las

buenas acciones: Tal vez no encontremos

la ocasión.


Yo no la busqué, confieso, pero la encontré:

Ayudé a cruzar a un gallo ciego.


No me costó demasiado, y enseguida sentí

que recibía los beneficios de mi buena acción:

Había sabido generar esa empatía interespecie,

poco común para nosotros, aunque natural

entre los animales inferiores.


Como valor agregado, me produjo una especie

de ternura al recordar mi infancia, y aquel

juego que todos alguna vez jugamos.


Evoqué la imagen de ese niño, que sin saber

casi nada del mundo y con los ojos vendados,

tanteaba e intentaba reconocer algo interesante:


Casi como ahora, sólo que entonces no sabía

lo que son las buenas acciones.



El nombre equivocado

 

(Serafín Cuesta)

 

Mi gato Alfa se perdió

entre la alfalfa.


¡Alfa, Alfa! Lo llamo con

angustia sin resultados a la

vista.


¡Alfa, Alfa! Repito mi llamado

tantas veces que se confunde

con la alfalfa y su propia angustia

ahogándose entre las tantas a

del alfalfar.


¡Alfa, volvé! Ordeno, imploro,

con el último resto de autoridad

que consumió la angustia:


Un llamado tan desesperado

como vano…


Es inútil llamar a un gato por su

nombre verdadero.


El gato sólo responde a su deseo,

y más aún si es Alfa.


En cuanto vuelva le voy a cambiar

el nombre.


jueves, 15 de febrero de 2024

Poéticas específicas

 

(Amílcar Ámbanos)

 

¿A qué se debe la presencia de peces

en todos sus poemas?


-Bueno, no todos, también tengo poemas

de agua.


-En el agua hay peces.


-No, está equivocado; no siempre: Yo tengo

poemas de agua sin peces, incluso de peceras

vacías y de agua estancada.


-Le atrae la condición líquida, lo que fluye…


-El agua es un fluído vital y móvil, pero

también puede no fluir, como el poema.


-Sí, pero mayormente hay peces en sus poemas.


-Entre los recursos poéticos naturales, está la

vida, la muerte, el amor, la guerra, el mar

y las cosmogonías, junto a la mística religiosa,

los padecimientos propios de la condición

humana y la naturaleza, con todas sus especies

vegetales y animales. No hay más que eso.


-No es poco, pero usted se inclina hacia el agua

y los peces, entre tantas opciones…


-Es natural, los humanos siempre fuimos pescadores,

los poetas también.


-¿Llegó al agua y sus peces como pescador?


-La pesca es uno de nuestros recursos más antiguos.

Nunca dejamos de pescar.


-¿Qué es lo que le atrajo en especial de ese recurso?


-Nada en especial, todo fluye todo el tiempo: Somos

una especie pescadora, los poetas. Todo fluye, tanto

por encima como por debajo del agua:

Uno se sumerge y elige lo que puede, pesca.

Yo encontré este nicho y lo aprovecho para producir

poemas, que fluyen con distinta fortuna: Así es la

pesca, no siempre se obtiene lo que se desea.


-Los recursos naturales suelen agotarse ¿No piensa

que alguna vez tendrá que emerger y abandonar el

agua?


-No, no pienso, no es necesario. Se puede pescar

perfectamente sin sumergirse, no es difícil para el

hombre de hoy.


-¿Piensa continuar ahí?


-Por ahora sí, ni lo pienso: continúo.

Nadie sabe hasta cuándo podrá continuar, pero sabemos

que si nos abandona el agua estamos perdidos.




miércoles, 14 de febrero de 2024

Capacidades temporales o incapacidades diferentes

 

(Esther Miño)

 

No fuiste capaz…

Ya está, no importa;

hay cosas peores:

como ser un incapaz.


Vos no sos un incapaz,

lo fuiste pudiendo haberlo

no sido, o sea:


una incapacidad ocasional

e intencional.


Si fueras incapaz no habría

responsabilidad, es decir:

Sos responsable por no ser

incapaz.


Si lo pensás bien, es peor.

La condición de incapaz te

eximiría de responsabilidad,

que no es tu caso:


Lo tuyo es peor, por no ser

un incapaz. Si lo pensás bien,

es mucho peor.


No sé si sos capaz...


martes, 13 de febrero de 2024

El éxito de la humildad

 

(Amílcar Ámbanos)

 

Fuerte ese aplauso,

me repetí la arenga con empatía

y respeto, para optimizar la función

motivacional del éxito alcanzado.


-¿Lo alcanzó?


-No sé, a juzgar por las respuestas

del mundo exterior, todavía no. Al

éxito hay que darle tiempo…


-Debe tenerse fe, se ve…


-Nadie más podría hacer algo como

lo que hice.


-Eso podría ser tan bueno como malo,

no es una condición que califique…


-No lo sé, pero sé que este poema es

único.


-Seguro, como casi todos…


-Tal vez, pero para ser sincero, si no

fuera que me pertenece me hubiera gustado

haberlo escrito yo, como me dijo un gran

poeta en un comentario sobre uno de mis

poemas.


-Nadie más humilde que un poeta, dijo un

reconocido autor francés. Supongo que lo

conoce.


-No personalmente: no coincidimos en el

tiempo ni el espacio, pero suscribo plenamente

esa verdad de Cocteau. Sabía de lo que hablaba,

a diferencia de otros poetas.


-¿Se siente representado?


-No creo mucho en la representación, pero me

siento comprendido en lo que expresa.


-¿Se siente comprendido como poeta, o como

humilde?


-En ambas categorías, pero primero lo segundo.

Si algo no estoy dispuesto a perder, es esta

humildad con la que seguramente moriré.


lunes, 12 de febrero de 2024

Demostración por el absurdo

 

(Nicasio Uranio) 


-Ud. ha confesado alguna vez, en una nota,

que escribe por amor al prójimo.


-Es verdad.


-Pero sus poemas, digamos.., son o ridículos,

o absurdos…


-Afirmativo, es un acto de amor.


-¿Está seguro?


-No podría, los que están seguros no escriben

poemas. De eso estoy seguro.


-¿No cree que lo suyo sería más valorado si

escribiera poemas de amor, directamente?


-No veo una relación directa: ¿Qué valor

tiene el amor?


-No lo sé, pero es un valor que todos compartimos.

¿O usted no?


-Yo no comparto valores, sólo emito poemas y

comparto algunos con algunas personas, sabiendo

que no tienen ningún valor.


-Y entonces ¿Qué lugar le otorga al prójimo, adónde

yace el amor?


-Yo no otorgo ni quito, no soy quién para hacerlo,

sólo hago poemas. Y lo que el prójimo haga con

ellos si lo hace, si encuentra algo ahí, es ajeno a

mi voluntad. El amor es así, no se impone; se da.


-¿Qué amor? Sus poemas ni lo nombran…


-Yo escribo, y el hecho de hacerlo es un acto de

amor: se escribe para otros.


-¿Y usted cree que alguien recibe ese amor, si es

que existe?


-El amor no tiene por qué llegar a destino, Ud. sabe,

todos lo sabemos, pero nadie duda de que exista.


-De acuerdo, pero ¿por que elegir lo absurdo, o lo

ridículo para expresarlo?


-El amor es así, yo no lo elegí. Nadie sabe hasta qué

punto elige el objeto de su amor: estamos condicionados

por diversos mandatos biológicos y otros factores

que determinan resultados tan absurdos como

ridículos.


-Como mensaje de amor, no es muy esperanzador

lo suyo…


-El amor no ofrece muchas esperanzas, pero nos

aferramos a él porque tampoco las hay por fuera

del amor.

domingo, 11 de febrero de 2024

Un canto a la bandera genérica

 

(Dudamel Rambler)

 

No es lo mismo embanderarse

que ser abanderado, le dije a

mi escolta; no sé si me escuchó:

estaba embadurnado.


¿Hay que unirse a algo para poder

sobresalir, embadurnarse, embadurnirse?


¿Hay una unidad más real y dudosa

que el individuo embadurnado?


Los embanderados comparten su

estandarte; los abanderados no:

costó mucho llegar a ocupar ese

lugar, hay que defenderlo.


¿Las banderas nos defienden?

¿Cuántas son, mientras agito ésta?


Tal vez no puedas llegar a abanderado,

pero podrías estandarte y ser parte y

cobijarte en una enseña, siempre hay

alguien que te enseña: no hay mucho

que aprender.


No es lo mismo embanderarse

que embadurnarse, le dije a mi

escolta embadurnado.


Pero se aprende, en ambos casos.


A la bandera le debemos todo,

no importa el tamaño ni el color:


Sin ellas, seríamos una comunidad

dudosa, indefinida, promiscua, difusa

y sin identificar.


En suma, una expresión imprecisa:

un número azaroso de voluntades

sin destino.


La bandera crea identidad, nos aglutina

y es lo único que nos une ante el enemigo

(después del enemigo, al que se procura

identificar: No es fácil, sabe cambiar de

bandera e incluso adoptar la nuestra)


Es probable que todas las banderas

estén manchadas de sangre, pero se

lavan y quedan como nuevas.


No bajemos nuestras banderas.


Una salida nocturna

 

(Aquino Lamas)

 

Esta noche salgo por ahí.

Voy a ver, por ahí no salgo;

no se ve mucho de noche.


Para lo que hay que ver…


Si no salgo, me ahorro todo

lo que no voy a ver, y de paso

me ahorro tener que volver:


Ya me pasó, ya estoy de vuelta.

A veces salimos sin destino

sólo para poder volver:

Ahí encontramos un sentido.


Sólo los vivos hacemos cosas

sin sentido ¿Hay algo más humano?


Habría que salir y averiguarlo,

es posible.



II

Hace mucho que no salgo de noche

por voluntad propia: No tengo perro

que pasear, ni la voluntadde los jóvenes

que salen por salir, con esa energía sin

consumir que los mueve a salir, y

volver a salir.


Para salir de noche, es mejor en coche

(palabra en desuso, que remite al pasado

y a la tracción a sangre)


Un peatón no puede ir muy lejos,

sería fatigoso y le llevaría toda la

noche. Y luego, hay que volver:


Siempre hay que volver

y enseguida amanece.


Con movilidad propia es otra cosa,

y yo no tengo un coche esta noche:


Es triste la noche del peatón saliente,

reducido a su tracción a sangre

y a andar esquivando autos y peatones

que circulan sin mayor sentido:


Hay que pensarlo bien.



III

Por lo común no salgo de noche,

la noche llega sola aunque no salga

a buscarla; pero hay noches y noches.


No soy de salir mucho

ni de día ni de noche.

No tengo necesidad ni voluntad:


Para lo que hay que ver…


Pero podría hacer una excepción

por esta noche. Por ahí salgo:

No hay que cerrarse, aunque sea

noche cerrada.


Voy a ver, no descarto nada,

la noche es joven, yo ya no.

Hoy puede ser mi gran noche,

pero por ahí no...


sábado, 10 de febrero de 2024

La muerte en la ventana

 

(Rolando Doorland)

 

Esta ventana ha muerto.

No pasa nada,

parece una ventana cerrada

pero puede estar abierta:

es indistinto

con las ventanas muertas.


Las ventanas son así, impredecibles

como imprevisibles: nadie las ve

antes de que existan.


Algunas nos sobreviven

y siguen prestando su servicio,

abriéndose y cerrándose después

de nosotros, ya sea que las abandonemos

por otras o por tener que asumir

el descanso eterno.


Otras no resisten el paso del tiempo

y hay que reemplazarlas , renovarlas

o aceptar la convivencia con la ventana

muerta:


No pasa nada, ella conserva su lugar

y su condición de ventana; sólo que

está muerta (no es algo muy distinto)


II

No sé cuando murió, pudo haber sido

el martes o hace años. No es fácil

establecer con precisión: Nadie en su

sano juicio ha de estar pendiente de una

ventana siempre.


No es mucho lo que puede hacerse

con una ventana muerta, más que

contemplarla acompañando el sentimiento

que emana de la muerte.


No es cuestión de suerte, los ciclos son

así: siempre se cumplen, aunque no lo

percibamos del todo casi nunca.

No responden a un criterio justo ni

razonable:


Todo pasa; después no pasa nada.


La ventana ni sabe que está muerta,

sólo yo lo sé: la muerte no es algo que

afecte a todo por igual.


Hay quienes completan su vida

sin conocer una ventana: No pasa nada.


Se puede averiguar si está cerrada, o

abierta, yendo hacia ella (mi visión es pobre,

acusa el paso de los años)


Pero me cuesta moverme y no tengo mucha

voluntad ¿Para qué?


¿Qué sentido tendría incorporarse para llegar

a una ventana muerta?


Cerrada o abierta, es indistinto. No me afecta,

está muerta, y no pasa nada.


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