(Amílcar Ámbanos)
¿A qué se debe la presencia de peces
en todos sus poemas?
-Bueno, no todos, también tengo poemas
de agua.
-En el agua hay peces.
-No, está equivocado; no siempre: Yo tengo
poemas de agua sin peces, incluso de peceras
vacías y de agua estancada.
-Le atrae la condición líquida, lo que fluye…
-El agua es un fluído vital y móvil, pero
también puede no fluir, como el poema.
-Sí, pero mayormente hay peces en sus poemas.
-Entre los recursos poéticos naturales, está la
vida, la muerte, el amor, la guerra, el mar
y las cosmogonías, junto a la mística religiosa,
los padecimientos propios de la condición
humana y la naturaleza, con todas sus especies
vegetales y animales. No hay más que eso.
-No es poco, pero usted se inclina hacia el agua
y los peces, entre tantas opciones…
-Es natural, los humanos siempre fuimos pescadores,
los poetas también.
-¿Llegó al agua y sus peces como pescador?
-La pesca es uno de nuestros recursos más antiguos.
Nunca dejamos de pescar.
-¿Qué es lo que le atrajo en especial de ese recurso?
-Nada en especial, todo fluye todo el tiempo: Somos
una especie pescadora, los poetas. Todo fluye, tanto
por encima como por debajo del agua:
Uno se sumerge y elige lo que puede, pesca.
Yo encontré este nicho y lo aprovecho para producir
poemas, que fluyen con distinta fortuna: Así es la
pesca, no siempre se obtiene lo que se desea.
-Los recursos naturales suelen agotarse ¿No piensa
que alguna vez tendrá que emerger y abandonar el
agua?
-No, no pienso, no es necesario. Se puede pescar
perfectamente sin sumergirse, no es difícil para el
hombre de hoy.
-¿Piensa continuar ahí?
-Por ahora sí, ni lo pienso: continúo.
Nadie sabe hasta cuándo podrá continuar, pero sabemos
que si nos abandona el agua estamos perdidos.
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