martes, 20 de febrero de 2024

Cuando todo madure

 

(José Luis Greco)

 

Lo esencial es invisible a los hijos,

pudo haber dicho mi padre muerto

antes de alcanzar su madurez.


No hace falta alcanzarla para morir.

Tal vez no se alcance en esta vida,

o sea la vida que no alcanza.


Tal vez dependa todo del pasado

y haya que dejarlo madurar.


Yo paso: Hay vidas que no maduran

nunca y tal vez sirvan para que otros

alcancen su madurez.


Los buenos ejemplos son tan útiles

como éste.


Lo esencial no son los ojos, ni las

miradas paternas o maternas:

Todos los hijos descendemos del pasado,

un pasado que siempre nos excede.


No hay muertes ejemplares, ni vidas

que podamos reproducir. Otra cosa

es el deseo; hay quien desea morir y

no lo consigue.


Supe superar la edad alcanzada por mi

padre, diez años casi, sin alcanzar la

madurez deseada. ¿Era un deseo?


¿Cómo es el deseo de la madurez?

¿Es un deseo más maduro?

¿Qué clase de vida hay después de

haberla alcanzado? ¿Qué nos queda

por alcanzar?


Lo esencial permanece invisible,

es mejor no preguntar nada, hasta

no madurar una respuesta apropiada.


A los ojos de los hijos, siempre

seremos padres maduros: no saben

lo que es la madurez.


Sus padres son los que son:

El hijo nunca elige.


No se lo dije, pero tal vez lo haga,

cuando madure. Es posible que lo

sepa, se lo ve maduro. Yo, a su edad

era un tiro al aire.


(Pero no lo veía, no sé si alguien

lo veía)


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