sábado, 29 de junio de 2024

Ojo de pescado embalsamado

 

(Rolando Doorland)

 

El ojo es como un pez,

casi todo líquido y grasa.


Sólo que se cierra y se abre

a diferencia del pez, que no

puede cerrarse y nada abierto

a todo, tanto en aguas abiertas

como en otras.


El ojo se mueve como pez

en el agua, bajo su arco superciliar,

observando su órbita siempre

idéntica a sí misma y a la unidad.


El ojo constituye una unidad

pareada, pero el pez sólo puede

aparearse en el agua.


Hay peces que ven más

que nuestros ojos, y también

los hay sin ojos:


Nadie se los vació, son especies

abisales que no los necesitan.

La evolución los descartó, como

suele hacer con todo lo inútil

a su causa.


En nuestra filogénesis histórica,

fueron descartados órganos, huesos,

dientes, pelos y otros elementos

que carecían de sentido, al haber

perdido toda utilidad.


Los peces no pueden cerrarse

como un ojo, un tragaluz

o un negocio de los nuestros.


Pero son más libres

en sus hábitos sin órbitas.



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Licencia Creative Commons
http/:Demolicionyobranueva.blogspot.com por José Luis Greco se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 3.0 Unported.
Basada en una obra en Demolicionyobranueva.blogspot.com.
Permisos que vayan más allá de lo cubierto por esta licencia pueden encontrarse en Demolicionyobranueva.blogspot.com.