(Aquino Lamas)
Los ángeles caen como moscas.
Mirá, ahí cayó uno:
Ni se dio cuenta, está como aturdido,
no sabe qué hacer, se siente extraño
y mira sin entender.
Son así, ni debe saber por qué cayó,
se estará preguntando, quién sabe.
Algo habrá hecho, nosotros no
sabemos.
Vienen cayendo como moscas, los
ángeles. Tal vez no sean tan numerosos,
no molestan y ensucian menos que las
moscas, esos seres desangelados.
Ahí se está incorporando, son tan
livianos que no mueren al caer y
pueden reincidir en forma indefinida.
Quién sabe cuantas caídas tiene
encima este infeliz… Es difícil
calcular la edad de un ángel.
Ahora está buscando un baño,
no sé de qué género, él sabrá,
no sé si sabe.
Ser ángel es extraño, no sabés donde
podés llegar a caer...
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