(Periferio Gómara)
Ya hice todo lo que
no tenía que hacer.
Ahora descanso sobre
mis laureles: No recuerdo
haberme laureado, pero no
necesito hacer memoria.
Ni para descansar, ni para
encebollarme como es debido
en este verbo soberano, tomar
el laud y elevar una oración
cantable e irreproducible
a las divinidades más sensibles
e inverosímiles,
a las constelaciones conocidas
de soldados desconocidos
y al láudano del prójimo.
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