(Epifanio Weber)
¿Sabés lo que vale esta firma?
A ver… ¿alguien sabe cuánto vale?
Escucho ofertas:
No, claro, qué van a saber…
Si ni yo, sé. Así estamos:
nadie sabe nada y el que sabe
se hace el gil.
Quién sabe si supieras…
Ojo, yo algo supe, pero después
me arrepentí: Para lo que hay que
saber… ¿para qué sirve, si nadie te
lo reconoce?
Pensé, y no quise saber más nada.
Los que saben dicen que es mejor
no saber, que si bien no te vuelve
inocente, al menos vas a gozar de
saberte inimputable.
¿Sabés lo que vale una firma como ésta?
Andá a saber… Si valiera algo ahí nomás
voy y la negocio, la convierto en efectivo.
No sé, tal vez tendría que ponerla en valor
primero y escuchar ofertas, no sé, quién
sabe...
¿Quién oyó?
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