(Horacio Ruminal)
Todo lo que escribas puede ser
tomado en tu contra, rezaba el
predictor en el poema.
Era un poema encomiable:
Su economía de adjetivos hizo
que no quedara ninguno, sólo
el encomiable del título.
Lo que vale, es aquello que no
necesita adjetivos para producir
sentido:
En verdad, los adjetivos no lo
producen, son pura agregación
que vive del sentido ajeno.
Son intercambiables y están de paso
por el sentido, como la primavera.
¿Vos también creías en la primavera?
Es como un adjetivo, cargada de aromas,
colores , sensaciones que vienen y se van
como un suspiro, sin ningún destino.
¿En serio creías en la primavera?
Son las 0.30 del 21 de diciembre: Ya no
existe, se fue como un suspiro y ahora
viene lo peor, el tórrido verano:
te lo trae ella.
¿Qué quedó de la dichosa primavera?
Nada, es más efímera que cualquier
poema de amor o pasatista.
Todo lo que escribas puede ser
tomado en tu contra, advertía el predictor
incorporado al poema encomiable.
Lo que no escribas, también.
Pero al menos vas a gozar del beneficio
de la duda.
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