(Asensio Escalante)
La miel no es un suplemento
dietario, ni un edulcorante natural.
Incluso, no es la miel alimento
para humanos.
Es dulce y pura y pegajosa:
Hay personas dulces y pegajosas,
pero por más pura que sea la miel
no nos hará más puros, ni es un
alimento humano.
Los azúcares son calorías vacías,
no nutren nuestras células
aunque sirvan como combustible
para calentar nuestro vacío interior.
Todos los cuerpos animados
contenemos uno, que hace posible
el intercambio propio de la vida.
No es necesario apropiarse de la miel
para aprovechar la utilidad de las
abejas: Ya bastante hacen por nosotros
polinizando los cultivos:
Sin ellas, no duraríamos más de un
mes, o dos, por más miel que hayamos
acumulado.
II
Podría haber escrito un buen poema
sobre los beneficios y propiedades
de la miel y sus subproductos, que
ya eran conocidos por los griegos
y los egipcios.
Pero no sé escribir buenos poemas,
hay quienes lo hacen. Los míos son
dudosos, en el mejor de los casos:
Trabajan con materiales altamente
dudosos y suelen generar más dudas
que emociones. Hasta el punto de
hacer dudar al lector de estar leyendo
un auténtico poema.
La miel es dulce, la verdad no,
por eso no atrae ni a las moscas,
aunque una verdadera mosca no
le hace asco a nada.
Ni la miel ni la sangre son alimentos
humanos, aunque ambas poseen un
valor de cambio.
Nuestra sangre, no es alimento para
mosquitos: Sólo la hembra la consume
como un recurso para optimizar su
reproducción.
Todos los fluídos vitales tienen una
vida útil, a diferencia de la miel, que
no se descompone.
Sólo los humanos hemos producido y
desarrollado conocimiento suficiente
para descomponerlo todo.
Hacerse malasangre no sirve de nada;
para la hembra del mosquito no tiene
importancia. Ella no discrimina a la
hora de obtener recursos.