(Emeterio Askman)
Los insumos para la producción
poética están por las nubes.
Sin embargo, el ritmo productivo
se sostiene, mientras los costos se
siguen disparando hacia las nubes.
Allá arriba, las nubes se mantienen
estables:
Hoy llovió, y todavía está nublado.
A falta de insumos, los poetas
auténticos se arreglan con lo que
tienen, aunque sea una porquería.
Se esperan nuevos aumentos,
aunque la presión atmosférica
está bajo control.
Así lo estiman las autoridades
de aplicación, que dicen haber
mejorado nuestras relaciones
con las fuerzas del cielo.
Las nubes suben y bajan
pero no se disparan. No pasan
de simples amenazas.
Los poetas confían, mientras siguen
mirando el cielo sin recelo, como
buenos nefelibatas, discurriendo
en sus respectivas nubes.
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