(Pascual Rambler)
Sincerarte,
podría mejorar tu calidad de vida
y ayudarte a superar dificultades,
muchas de las cuales son falsas.
Lo primero, es sincerarse con uno
mismo, reconocer sus limites,
incapacidades naturales o adquiridas
y los errores cometidos o en comisión.
No todos tenemos, en la vida, una
misión precisa. Aceptarlo, no implica
desvalorizarse y abrazar la sumisión:
Salvo el destino, nadie está sometido
a nada.
El arte puede ser una buena inversión
para expresarte, manifestar tus emociones
y compartir tu ideología, tus pensamientos
y tus sueños más sinceros.
Nada hay más accesible que la escritura,
salvo que seas un analfabeto irrecuperable.
No importa la calidad, todos podemos
escribir un poema, como avizoraba el
Conde, acaso el mayor poeta oriental.
No importa que no sea reconocido
ni valorado: Sin ser arte, ni calificar
como poema, tendrá el valor de una
expresión sincera.
Aunque la sinceridad no posee un valor
reconocido, ni es de interés público,
sincerarte puede mejorar tu calidad de
vida al permitirte compartir tu ideología,
emociones, pensamientos y otros
recursos ideológicos.
No dependas de la opinión pública
que siempre nos es ajena y sospechosa :
Nada público puede ser bueno.
Entrégate sin miramientos, escribe tu
poema sincero: Aún sin ser arte, gozará
del valor intrínseco de la sinceridad, en
que podrás reconocerte, y obtener los
beneficios del sinceramiento verdadero:
El arte, no tiene por qué servir a la verdad
ni someterse a ella, como tu ideología.
No hay comentarios:
Publicar un comentario