(Serafín Cuesta)
Los párpados descienden
de otros ojos
que descienden del pasado
como los atavismos.
Si se observa con detenimiento,
en un parpdeo se puede ver
pájaros parpadeando al revés,
de abajo hacia arriba, como el sapo.
Sapos y pájaros son más antiguos
que nosotros, como casi todos los
animales conocidos para no generalizar.
No sabemos qué nueva especie nos
sucederá, nadie tiene por qué saberlo.
Nuestra visión es tan reducida como
la sapiencia del sapo,
que aún no tiene religión ni ciencia
pero parpadea como cualquier cristiano,
en sentido inverso.
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