(Serafín Cuesta)
El practicante exitoso
responde por su fe.
El éxito en la práctica de
la fe, siempre ofrece
nuevas respuestas.
Sólo repondo a mi fe,
como buen practicante,
piensa con emoción devota.
El éxito de toda práctica
proviene de la fe:
Ella procede de prácticas anteriores
que se remontan al principio, antes
de que la fe se dividiera para
multiplicar su éxito.
Hubo un momento en que no había
antecedentes: La fe dependía de su
propio éxito para dividirse y propagarse.
Había que creer o reventar:
El valor de reventa no importaba.
Conocido el éxito de la división, la fe
cobró un valor incalculable, y se
expandió en innumerables prácticas
(Hay cosas que aún no podemos calcular,
pero conservamos la fe)
Hoy todos somos practicantes, con distintas
devociones y diversa fortuna: La fe sigue
respondiendo.
Sólo respondo a esta fe, dice el practicante
exitoso con un dejo de emoción auténtica.
El éxito proviene de la fe,
mientras que
la fe proviene del éxito.
Los discursos simétricos, expresan
un éxito semántico de fácil comprensión
y reproducción.
No hay comentarios:
Publicar un comentario