(Absinia Bending)
La gente corre tras la almeja
como si hubiera algo substancioso
en esas almas inferiores.
Se inclinan a socavar la playa
detrás de una burbuja, y celebran
la extracción de un bivalvo vivo,
como si fuera una proeza, o como
quien encuentra un tesoro.
Se excitan, como si desenterrar un
pobre molusco fuera euiparable en
dignidad con una caza justa.
La excitación humana me resulta
cada vez más ajena: No sé qué
esperan de esas almas inferiores.
Algunos, dicen, hasta se las comen.
El hombre sólo busca aquello que
puede ser comido, o vendido:
He ahí la esencia de su comercio
con el mundo.
Fuera de eso, casi nada lo excita
o lo mueve a la excitación.
Los veo cavar, agacharse tras la almeja
y desenterrarla con pasión. Me pregunto
que esperan de esas almas inferiores.
¿Será que no podemos, los humanos,
dejar de buscar aquello que nos falta?
¿O el único interés está en la carne?
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