viernes, 31 de marzo de 2023

Medidas poéticas

 

(Ricardo Mansoler)

 

                           Nadie más humilde que un poeta

                                            Jean Cocteau


El poeta es humilde por naturaleza.

Esta condición, en algunos muy acentuada,

hace que no puedan valorar lo que hacen

en su real y justa medida, impulsándolos

a reincidir en busca de mejores resultados.


Así, hay poetas prolíficos, que no pasan

jornada sin producir al menos un poema

o su esbozo.


El resto del tiempo lo dedican a revisar

y corregir lo ya escrito; son rigurosos,

buscan la perfección: una aspiración

vana, si las hay.


Es difícil, después de un buen poema,

mantener el nivel de calidad, tanto como

de uno malo o perfectible. Pero ellos

nunca están conformes: no saben cuándo

deberían estarlo.


Otros son mesurados en sus emisiones,

trabajan cada detalle y pulen con la

paciencia de un orfebre. Pueden estar

años con el mismo poema, hasta llegar

a su forma definitiva.


Buscan la perfección: hay distintas formas

de aspirar.


Yo me reconozco ajeno al perfeccionismo,

asumo mis limitaciones y pertenezco al

universo de los que no se miden:


No sé cuánto escribo, no tengo una medida

precisa que respetar ni conozco cuál es la

cantidad correcta.


Cada tanto me releo y corrijo algo; siempre

tenemos algo que corregirnos.


Lo bueno de escribir a diario y mantener

esa rutina en el tiempo, es que todos los

días son el cumpleaños de algún poema:


Es para celebrar, aunque no sepamos

cuál es, cuántos son, cuánto es...


La vocación oculta

 

(Ricardo Mansoler)

 

Las vocaciones conocidas son muchas,

acaso demasiadas, pero su número

crece sin pausa.


No sabemos cuántas serán en el futuro,

aunque descontamos una cifra provisoria

e insuficiente.


El futuro es un misterio, es decir

una aventura.


Hay quien no acusa una vocación

determinada, pero tiene inclinaciones

-es raro no tenerlas-   Luego, ciertas

circunstancias y el azar hacen que

alguna desarrolle, o no:


No hay nada establecido, pero se puede

aventurar que la vocación es una inclinación

intensa o excesiva, bien definida.


¿Una buena definición?


Es dudoso, muchos no alcanzan a definirse

nunca: van probando y descartando,

acumulando ensayos y errores hasta dar

con su verdadera vocación: el fracaso.


La vocación de fracaso no significa

el fracaso de la vocación:


Por el contrario, siendo aquel el mejor

maestro, quien abraza y desarrolla

esa vocación -no del todo valorada-

llega a obtener una sabiduría envidiable.

 

Aunque nadie la envidie demasiado,

por pura ignorancia o por motivos

que ignoramos, la sabiduría no goza

de popularidad.


jueves, 30 de marzo de 2023

El Origen de la Justicia Divina

 

(Aparicio Custom)

 

Dios no tiene cuerpo, no lo necesita,

pero puede crearlos todos.


Así lo hizo siempre. Empezó con uno,

vio que era bueno y se entusiasmó, ya

que todos resultaban buenos (siendo

creaciones divinas, no había otra

posibilidad)


Al hacerlo, descubrió que las posibilidades

de los cuerpos eran casi infinitas, y eso lo

entusiasmó (lo hubiera excitado, también,

pero eso requiere un soporte físico; se

necesita un cuerpo)


Mientras perfeccionaba su industria

corporativa, pensó: Yo podría tener

uno de estos si quisiera, incluso uno

mejor y más perfecto… Pero no

tengo necesidad, por ahora, ya veremos.


(El futuro divino no es demasiado complejo

ni intrincado, aunque resulta inasible para

nuestro entendimiento limitado:


Como entidades superiores, son seres que

gozan de una perfecta simetría respecto de

sí mismos: tienen tanto pasado como futuro,

una condición que nos excede e inquieta)


En un principio, tomó una partícula de

barro primordial y con un soplo discreto,

dispuso dar forma a una criatura pequeña,

a su imagen semejanza:


Al instante, surgió la figura de un mamboretá.

Es bello, se dijo el Creador. Demasiado bello,

no es justo que alguien sea tan bello…


Para hacer justicia, concibió la idea de que el

macho fuera devorado lentamente por la

hembra al copular. Luego la editó, vio

que era buena y la hizo ser verdad.


Amor y muerte, habrían de confluir

en espacio y tiempo, dando lugar

al origen de la Justicia Divina:


Nada más justo que el amor

acabando en su propia metáfora. 



miércoles, 29 de marzo de 2023

Precisiones de la realidad

 

(Tomás Mercante)

 

No puedo precisar

lo que preciso. No hace falta

ser demasiado minucioso con

la necesidad.


Donde hay una necesidad,

hay un derecho: Todos gozamos

del derecho a cierta imprecisión.


Por fuera de los cuerpos, nuestra

consistencia es difusa, cuando no

dudosa: Como los contornos de

lo real.


La realidad es un valor de cambio.


Algunos se ajustan mejor que otros

sin que nadie quiera cambiarla

demasiado: Hay que pagar un precio.


Venimos pagando el precio para que

nada cambie, hace bastante.


¿Un precio justo?


Todos tenemos nuestro precio,

hay que reconocer. Aunque nadie

conozca su valor.


martes, 28 de marzo de 2023

Celebración exitosa del fracaso

 

(Aparicio Custom)

 

Un hábito fracasó,

pero en casa cultivamos el hábito

de celebrar: celebramos casi todo,

incluso la ausencia de motivos

para celebrar y hechos celebrables.


Todo es un misterio, según sabemos

y el mismo acto de celebrar lo es.


Por ejemplo ¿Qué motivo habría

para celebrar el cumpleaños?

Nacer es un hecho azaroso, podría

haber caído en cualquier otro día.


¿Qué celebramos? ¿El paso del tiempo?

¿Haber sobrevivido, envejecido, estar

más cerca de la muerte?


¿Puede alguien sensato afirmar que su

presencia es necesaria para el Orden Natural,

significa alguna contribución valiosa

a este mundo misterioso y poblado de

aspiraciones vanas?


En plena conciencia de nuestro aporte nulo

al equilibrio ecológico, e impotencia ante

las tribulaciones de tanta alma errante, sólo

podemos celebrar.


No necesitamos un motivo especial; los

habituales son bastante dudosos.


Las celebraciones renuevan los ánimos

y nos alejan, temporalmente, de otras

realidades más difíciles de justificar.


Toda celebración es arbitraria,

podemos celebrar lo arbitrario

sin contradicción.


Hay mucho para celebrar, aún:

no sabemos cuánto es.


Ahora celebramos el fracaso del hábito

que no llegó a ser vicio. Todo sirve

para celebrar, si hay voluntad.



Formas de llegar

 

(Ricardo Mansoler)

 

Hoy llegué tarde,

es tarde para llegar a tiempo

a alguna parte, hoy.


Lo asumo con cautela,

mientras pienso en otras tardes

donde todo se desgranaba

en tiempo y forma.


Las formas se pierden,

no son lo que eran

ni volverán a serlo.


Sólo la experiencia se repite:

Basta llegar ahí, observar

esa vislumbre borrosa

y asumir lo que queda.


Incluso lo que no.


lunes, 27 de marzo de 2023

El amor engorda

 

(Tomás Lovano)

 

El ojo engorda el tiempo

en estado de reposo.


Es posible calificar colores

y sabores virtuales o reales:


el ojo engorda sensaciones temporales

que producen emociones.


El amor engorda como el ojo

del amo el ganado.


Engordar es bueno, es una forma

de crecimiento; crecer es bueno:

los amos ganan y pueden engordar

a sus anchas.


El amo es bastante gordo

a la vista del ganado, que no sabe

para qué engorda pero ha de ser

bueno, si satisface el deseo del amo:


es justo complacer al amo

que le da de comer.


El ganado no gana nada engordando,

o sí: gana peso, eso complace al amo.


Muchos no son amos, pero se ganan

la vida faenando y atendiendo al ganado,

que tiene que ganarse su muerte.


Pero el amor es más fuerte,

más que la carne,

cuyos sabores, aromas y texturas

 

disfrutamos en familia gracias al

amo del ganado, y al Ojo del Otro Amo

que todo lo ve y hace la vista gorda,

porque es Amor.


domingo, 26 de marzo de 2023

Estrechando el círculo de la sospecha

 

(Esther Miño)

 

Sospechoso:


Dícese de aquel sujeto cuyos movimientos,

actitudes o conductas pueden despertar

sospechas.


Dícese: El sujeto no puede hacer nada.

Dícese: El enclítico reemplaza al sujeto.

Dícese: El sufijo es un pronombre, que indica

la ausencia del sujeto.


Dícese: Sin sujeto no hay nada que decir.

Dícese: No ha lugar.


Dícese: Se dice que las fórmulas son para repetir.

Dícese: Ante cualquier sospecha, se repite esta

fórmula según los protocolos vigentes.

Dícese: No importa quién lo dijo, está dicho.

Dícese: La sospecha puede volver a despertarse.

Dícese: Todo sujeto encubre a un sospechoso.

Dícese: El sujeto suele reincidir, y repetir la falta.

Dícese: El sujeto es sospechoso de poseer antecedentes.


Dícese: Se encontraron antecedentes, podría haber otros.

Dícese: Se sospecha la participación de un primer sujeto,

al que no conocemos y no logró ser identificado aún.


Dícese: No importa quién fue el primero, haya sido

el huevo o la gallina, la sospecha recáe ahora

en el sujeto. Mucho más si se encuentra ausente

y presenta antecedentes.


Dícese: El Sujeto Primordial sería redondo como un huevo

(un huevo es claramente sospechoso: no sabemos lo que

puede estar ocultando)

 

Dícese


Tu relación con el mundo

 

(Aparicio Custom)

 

El mundo cumplió años,

y no le regalaste nada.


Ni te enteraste; no te importó.

Este pájaro te observa, te está

mirando.


Ni sabés como se llama:

es un mirlo, miralo.

Uno de esos pájaros que hablan,

acaso el que mejor lo hace.


¿No te dice nada?


No significa que le seas indiferente,

sabe que no le importás. Ni sabés

cuantos años tiene.


¿Cuánto hace que no sabés y no querés

saber?


No estamos hablando del mirlo, miralo.

Es probable que calle para siempre.


Ellos no suelen hablar sin motivo

como otros animales de este mundo,

pero siguen siendo parte de él:


Un mundo que no puede vivir sin importar,

y ni sabés cuántos cumplió. No importa,

a él tambien le sos indiferente.


Miralo como calla.


sábado, 25 de marzo de 2023

Tubérculos en flor

 (Asensio Escalante)


Tubérculos en flor

sorprenden al viandante que transcurre

por las calles de mi barrio.


Un barrio como otros, con flores,

tubérculos, redes cloacales en servicio

y casas de oración.


El transeúnte no sabe mucho de flores

y tubérculos; no lo necesita.

Un peatón no necesita saber mucho

para ser reconocido por sus pares.


Nadie tiene por qué saber, ni imaginar,

que debajo de esa flor yace un tubérculo

que la alimenta.


Nadie se pregunta de qué vive una flor,

aunque nadie ignora a quienes viven

de ella:


abejas, mariposas, colibríes y otros seres

insignificantes: Brócoli, alcauciles, coliflores

son algunas de las flores que comemos.


(También comemos tubérculos, pero no

necesitamos conocer sus flores, que han

de ser insignificantes)


Nadie se pregunta de qué viven las flores.

En cambio, todos nos preguntamos de qué

viven los poetas.


La flor no es sospechosa, a diferencia del

poeta que escribe florilegios con destino

incierto, y nos obliga a preguntar:


¿Quién lo subsidia? ¿Por qué no produce

algo útil?


Dicen que trabajan con palabras


¿Y si se buscaran un trabajo honesto?

viernes, 24 de marzo de 2023

Edades sospechosas

 

(Epifanio Weber)

 

Acusaba una edad dudosa,

lo que lo hacía más sospechoso.


A esa edad, es común atravesar

una crisis, pero no siempre

se tiene la edad que se acusa:


Ante la duda, las crisis pueden

esperar, y prorrogarse.


La verdadera edad, puede ser acusada

o no, así como acusarnos en forma

indefinida: Sabemos que todo lo

indefinido despierta sospechas:


¿Por qué no se define? A esa edad

¿Cómo es que todavía no se definió?


La edad. Hay quienes redoblan los

cuidados para no revelarla, pero es

difícil: Tarde o temprano, aparece

algo que la delata.


Si bien resulta sospechoso este ocultamiento,

no lo es tanto como otros: el estado civil, la

ocupación, el sexo.


También hay que reconocer que hay muchas

acusaciones infundadas, y que la verdadera

edad, es un misterio.


Últimas novedades de las nubes

 

(Aquino Lamas)

 

Lograron desactivar una nube:

la ciencia puede hacer maravillas

y no para de sorprendernos.


Lograron desactivar una nube

en pleno centro, evitando que muchos

transeúntes se mojaran sin

su consentimiento.


Lograron desactivar una nube:

Están pasando cosas sorprendentes

e impensadas; algunas ni sabemos.

La nube poseía un volumen importante.


Lograron desactivar una nube,

acaso no haya sido la primera. No es algo

que sorprenda a todos por igual: A la sombra

del progreso, hay a quienes nada asombra.


Lograron desactivar una nube, irán por más.

A medida que se reduce la frecuencia

entre los logros impensados, la sorpresa

pierde intensidad y se desvanece, como

una nube.


Lograron desactivar una nube:

joven, dinámica y bastante atractiva.

A mi nada me sorprende, me dijo un

adulto joven, dinámico  y activo; a

esta altura,  ya lo espero todo.


Lograron desactivar una nube.

La aceleración de la evolución en curso,

está logrando que casi nadie se sorprenda:

Salvo los viejos, que pronto dejarán de

hacerlo, abandonando este mundo asombroso.


Lograron desactivar una nube;

era bastante sospechosa. Pero hay otras

que tal vez seguirán reproduciéndose.


Lograron desactivar una nube:

Con un drone de última generación

que portaba un algoritmo, produciendo

una descarga inteligente de palabras

neutras.


(Un buen recurso para aprovechar

todas esas palabras que no sirven para nada)


Lograron desactivar una nube.

Nadie puede permanecer neutral ante

la evidencia de los avances de la ciencia

y la conciencia.


Lograron desactivar una nube:

No se dio a conocer su género

(hay información que es mejor no difundir)


No todo es reproducción y producción,

la réplica viene escalando a paso firme.

La actividad especulativa no se suspende

por mal tiempo.


Lograron desactivar una nube:

No sabemos mucho más, pero somos

capaces de creer y aceptar cualquier cosa.


Podría tratarse de una nube tóxica

o una nube buena, no se sabe, no manejamos

esa información, aunque circulan versiones.


Hay nuevas nubes en el horizonte,

pero siempre que llovió paró.


jueves, 23 de marzo de 2023

Especies nativas: El árbol del Alzheimer

 

(Estanislao Del Signo)

 

En mi casa tengo un árbol

que no sé cómo se llama.

Creo que alguna vez lo supe,

vidalitay, 

pero después lo olvidé.


No recuerdo cómo fue

¿Será algo pasajero? ¿o un presagio

del futuro, y todo así olvidaré?


Ahora vacilo a su sombra,

sin nombre pero con hojas,

con la mía a buen resguardo.


Pero me estoy preguntando:

¿Será mía esta sombra mía, que a veces

sigo o me sigue? ¿Será mío este árbol,

esta sombra, cuyo nombre ya olvidé?


¿Qué tan mía es esta casa, este pago,

este pronombre? ¿Será la memoria mía

que me juega un entrevero?

Vidalitay.


¿Será el árbol del olvido, que se adueñó

de la casa y me cobra el alquiler?

Yo no sé quién lo plantó:

si estuvo siempre o fui yo.


¿Quién sabrá? ¿Quién ha visto?

¿Quién oyó? (Creo que ésto

ya se escribió, aunque no haya sido yo)

Viditay  ¿Quién será yo?


Pero el olvido se expande,

y no me pierde pisada.

Voy a dejar esta casa

antes de olvidarlo todo.


Para volver al pasado

si lo encuentro en algún lado

(tal vez si yo le pido, acaso

me devuelva lo perdido)


Sólo una cosa es segura:

Nunca volveré al pago.


miércoles, 22 de marzo de 2023

Sonidos puros

 

(Carlos Inquilino)


 

Hacé oír tu voz:


Aunque le falten armónicos

y no suene como sería deseable,

aunque la sientas desafinada y

no creas tener nada que decir.


Hacé oír tu voz:


Nadie más puede hacerlo por vos

ni como vos; tu voz es única, aunque

sea horrible.


Es tu derecho, gozalo, hacelo valer

y respetar y respetate.


La democracia funciona cuando todos

nos pronunciamos en un sentido u otro

con toda libertad.


Hacete oír, estás en tu derecho.


¿Sabías que podés pronunciarte, incluso

en contra de tus propios derechos?

lunes, 20 de marzo de 2023

La vida secreta de los muertos

 

(Rolando Doorland)

 

Blindé mi casa, e instalé los mejores dispositivos

de seguridad. Fue costoso, pero creo que valió la

pena la inversión; la seguridad es esencial, sobre

todo cuando uno llega a cierta edad, y está solo.


Había vendido algunos bienes que ya no usaba

ni pensaba usar, y contaba con un pequeño

capital, fruto de años de sacrificio y privaciones.

Era más que suficiente para solventar todo lo

necesario y disfrutar de una calidad de vida

aceptable, hasta el fin, sin depender de una

jubilación miserable.


Pero no me sentía del todo seguro. Nunca confié

en los bancos, mucho menos en estos tiempos

digitalizados y virtuales, donde todo depende de

códigos, claves, sistemas y aplicaciones, cuyo

lenguaje nos resulta completamente ajeno a los

mayores.


Nunca confié ni quise depender de otros: Me

resistí a la bancarización, al plástico y a la

telefonía celular con todas sus pretendidas

actualizaciones. No lo necesito, ni pienso.


El problema, era encontrar un lugar seguro

para mi capital. Descartados los bancos y las

cajas de seguridad privadas, no había mucho

que esperar del mundo exterior: Todos buscan

su ganancia, y medran con la necesidad y la

buena fe del otro.

La solución no estaba muy lejos, sino acá,

y sólo yo podía acceder a ella.


Sabía levantar paredes, alguna vez lo hice y

todavía podía hacerlo: Nadie puede sospechar

que una pared bien constituída, contenga otra

cosa que los materiales que la componen;

menos aún que albergue algo de valor.


Era la mejor opción, si no la única.

Fue trabajoso, tuve la precaución de introducir

el material en horas desusadas: Nadie tiene por

qué saber que uno levanta una pared en su casa,

y no me gusta dar explicaciones.


Hace un tiempo que la terminé, y estoy satisfecho

con el resultado. Después del revoque fino,

aproveché para pintar todo, de modo de ocultar

las diferencias y evitar que algún visitante ocasional

pudiera alimentar alguna sospecha, aunque no suelo

recibir visitas.


Mi modesta fortuna está segura, ahora.

Permanecerá todo ahí, bien embutido y

emparedado hasta que sea necesario:

Nunca se sabe, pero en estos tiempos no se

puede confiar en nadie.


Mi vida, a esta altura, es muy austera. Siempre

lo fue, pero ahora un poco más: A veces tengo

que privarme de algunos gustos, y hacer

malabarismos para llegar al día del cobro de

mis haberes magros.


Vivo con lo justo, o algo menos, pero no me

quejo. Disfruto mirando la pared, mi pared,

y sabiendo que todo está seguro.


La única garantía de mi seguridad, es mi

capacidad para guardar el secreto, y si hay

algo que sé hacer, es eso. No conozco a

nadie más confiable.


Actividades sospechosas

 

(Aparicio Custom)

 

Toda actividad sin fines

de lucro es sospechosa.


¿Es excesivo este enunciado?


Sí y no, según el sentido que se quiera

atribuirle y las condiciones subjetivas

y objetivas del actuante.


Los excesos están a la orden del día:

una unidad completa y aceptada

de tiempo que contiene activos y

pasivos.


La normalidad se compone de excesos

bien diversos, pero sólo los permitidos

(El resto es tan sospechoso como el

enriquecimiento ilícito)


Extrayendo lo excesivo, la vida

se reduce a un segmento residual.



II

La actividad normal de un sujeto bien

tramitado, no involucra sólo al lucro:


También incluye una adecuada gestión

de su materia residual, cuya producción

está automatizada: Eliminar los excesos

y dar debido curso a todo lo excedente.


Las actividades sospechosas, suelen ser

fácilmente reconocidas por casi todos:


Salvo los viejos (expresión excesiva de

la vida) todo activo en circulación

se mueve tras el lucro, el beneficio o

el sustento: No hay otra utilidad, fuera

de este circuito, un mecanismo bien

aceitado y que funciona.


Si no fuera así, habría que sospechar:

Es evidente que persigue otros intereses,

y todos los otros son oscuros.


Los intereses son inseparables,

tanto del lucro como de sí mismos.



domingo, 19 de marzo de 2023

Combatiendo la contaminación

 

(Aparicio Custom)

 

El Gobierno de la ciudad

está preocupado por la contaminación.


Algo que nos afecta a todos, en distinta

medida: No todo puede medirse, pero

resulta auspicioso que las autoridades

se muestren sensibles a todas nuestras

necesidades, aún en distinta medida.


Toleramos bien la contaminación

dentro de ciertos niveles, estamos

adaptados a convivir con ella: entendemos

y aceptamos que es un costo del progreso,

el crecimiento y el desarrollo sustentable.


Pero sabemos que nos involucra a todos,

receptores o emisores, lucremos o no con

ella, y es más diversa de lo que percibimos:


Está en el aire, la tierra, el agua y todo lo

que vemos, oímos, respiramos. Incluso

en estas palabras:


Es omnipresente, no se puede hacer mucho,

pero es bueno cobrar conciencia para no

emitir más contaminación de la necesaria

(La conciencia, está bastante contaminada)


Ante este panorama, hay que resaltar la

actitud de quienes nos gestionan (en un

sentido extensivo: gestionan la ciudad)


Saben que la lucha contra la contaminación

es esencial para lograr el bien común, o al

menos aspirar (no sabemos todavía, cual

sería el tan mentado bien común: nunca

fue más que una aspiración)


Las autoridades no descansan, y nos hacen

saber: El combate a este flagelo, hay que

librarlo en distintos frentes y en varias

etapas:


Hay que separar, como separamos la basura,

y atender cada foco en particular, disponiendo

las medidas que resulten saludables.


Por ahora, estamos aplicados al problema

de la contaminación visual. Afirman los

funcionarios en ejercicio, plenamente

comprometidos con las necesidades populares:


No podemos mirar para otro lado.


Estamos llamando a una licitación para

erradicar a las personas en situación de

calle.


Queremos recuperar nuestro paisaje

urbano en toda su magnitud, libre de

contaminación para que volvamos a

disfrutarlo y atraer al turismo.


sábado, 18 de marzo de 2023

El vuelo del martillero

 

(Aparicio Custom)

 

El martillero abandonó a su presa

ante la sorpresa de los contribuyentes,

en un desliz propiciatorio

absorto, seducido y abducido

al observar el vuelo de una uña

encarnada.


¿Estuvo equivocado?

¿Debió asumir el error al encarnar?

¿Estaba volviendo a ser engañado por

sorpresa por su presa?


¿Era para pensarlo? ¿Era éste el momento?

¿Era todo producto de su imaginación algo

volátil?

¿Estaba previsto que el engaño fructificara

al salir airoso?


¿O era todo una repetición?


Las partes autorizadas acordaron suspender

el remate sin más trámite. Había otras

prioridades. Los deslices son imprevisibles,

hasta el más cauto comete.


Alguien habrá conseguido su cometido,

ahora matar o rematar no altera las funciones

ni el resultado del poema que ya venía

tambaleándose.


Seres alados, ungulados, creyentes

o incipientes se deslizan en una misma

línea de tiempo. Todos, tan predadores

como presas.


Una uña, no tiene ningún valor

desafectada de su cuerpo. Ahora

es una parte inútil, un exceso que

se desprendió para siempre.


¿Es todo parte de la misma repetición?


Ya nadie pudo volver a ser original,

había una trayectoria que respetar y

repetir.


El martillero no bajó,

siguió en su vuelo tras la carne

inseparable de su uña y el martillo

no bajó.


No había nada que rematar

ni había remate.



viernes, 17 de marzo de 2023

Travesías siamesas

 

(Aquino Lamas)

 

Meciéndome y meciéndome

avancé hacia mi como un mesías

siamés que nadie espera separar

de sí.


Discontinuado de origen

prosperaba sin conocer necesidad

más justa.


No sé si hacía bien: había perdido

la capacidad de juicio, pero las otras

estaban intactas, y crecían en todos

los sentidos.


No había motivos para estremecimiento

ni otros movimientos sospechosos

de alimentar dudas entre el punto

de partida y el de llegada.


El mesianismo es un humanismo; en un

punto, todos esperamos algo sin ningún

fundamento. Los fundamentos pueden

esperar.


La cena está servida, me avisa la cucaracha.

Meciéndome pensé:  El problema de Gregorio

Samsa, era la falta de un siamés.


Meciéndome como dios manda, o su siamés

el mesías, decidí abandonar la mecedora

en forma temporal, para cenar en comunión

con dioses, mesías y el resto de organismos

vivos.


Volveré a mecerme a voluntad, si así lo

quiere el mesías, mientras espero sin prisa

a mi mecenas, entre mis presas siamesas.


El fracaso popular

 

(Tomás Mercante)

 

El pueblo fracasó, compañero.

Soplan nuevos vientos, no son vientos

de pueblo…

El campo popular fue desmontado,

intervenido y genéticamente modificado:

Fue reconvertido, ahora es un recurso

retórico para obtener consensos y sostener

la producción de sujetos funcionales.


El pueblo fracasó, como sujeto histórico

y como significante, me hizo saber un

compañero intelectual: Yo soy del pueblo,

pero ya nadie habla del pueblo; hoy es un

anacronismo, un significante vacío.


Nosotros también somos un anacronismo,

una curiosidad histórica; un resabio del pasado.


El pueblo lo aceptó, y asumió su fracaso.

No supo estar a la altura de la historia y ella

lo metabolizó, o lo fagocitó; es indistinto:

Un verbo no cambia la historia.


Estamos solos, compañero. El pueblo ya no

puede acompañarnos: todas sus conducciones

fracasaron, mientras el enemigo crecía y se

empoderaba cada vez más…


Ahora, ni siquiera nos respetan como enemigo;

no nos reconocen, no calificamos, no servimos

ni para enemigo interno.



-¿Qué se puede hacer, compañero?



Nada, el enemigo supo ser más astuto que

nosotros, e hizo lo que había que hacer:

Desmontó todo, impuso sus valores apocrifos

y nos dejó sin nuestras bases de sustentación.

Ahora disfruta su desarrollo sustentable…


Sólo tenemos que cuidar el lenguaje, la palabra

compañero es sospechosa, ahora se usa para

cualquier cosa, compañero.

Fue vaciada, desguazada, y ya no tiene aquella

carga subjetiva que nos mantenía unidos como

pueblo.


El pueblo ya no es lo que era, y tampoco es

otra cosa; No se sabe qué es el pueblo, pero

es mejor no nombrarlo, ya que remite a algo

que fue superado: La Lucha de Clases, algo tan

caro a nuestros principios (o al menos a algunos

de los nuestros) como para ofrendar su vida

para cambiar el rumbo de la Historia…


Pero la unidad fracasó. Y eso es parte del pasado.

En esa lucha ganaron ellos, como también en las

otras.



-Nos queda la memoria…



Sí, y tampoco durará mucho. Hemos envejecido,

y las nuevas generaciones no tardarán en olvidar

todo. Ahora imperan otros valores.



-¿Y las reservas morales del campo popular?



El campo popular colapsó y se reconvirtió,

no queda nada, ni maleza… El pueblo fracasó,

y supo aceptarlo y asumirlo: es buen perdedor.


Estamos solos, compañero: Nadie puede ir contra

la voluntad del pueblo.


martes, 14 de marzo de 2023

Una épica del Carnaval

 

(Tomás Lovano)

 

El Carnaval ya pasó,

me dijeron. No estaba muy atento;

no soy afecto a estos festejos y,

con el calor, no se puede estar atento

a nada.


Creo que cuando empezó el Carnaval

ya estaba la ola de calor, que nos sigue

acompañando (cada cual tiene las

compañías que merece)


No tengo muchos recuerdos del Carnaval.

Estas cosas pasan: pasan las comparsas,

los carnavales y pasará también la ola de

calor, se supone; siempre que llovió paró

(aunque nadie sabe cuál fue la última

lluvia)


Todo el mundo conoce las causas del

Cambio Climático, y a sus responsables

directos e indirectos. También, que era

algo inevitable:


Estas cosas pasan, como las comparsas,

los carnavales, pasará el Cambio Climático

y vendrán otros. Sabemos que siempre

se puede estar peor.



II

El Carnaval sirve para olvidar todas esas

cosas que pasan, y festejar, también, haber

sobrevivido. Una válvula de escape que

expresa la alegría popular (que no necesita

fundamentos) para volver a la realidad, con

las energías renovadas.


No tengo muchos recuerdos del Carnaval.

No suelo participar de las fiestas populares,

ni de las otras, probablemente más numerosas

y fundamentadas.


No sé mucho, sólo que es una fiesta pagana

y que es celebrada por todas las culturas

paganas y otras.


Alguna vez fui a un baile de Carnaval, como

todo el mundo, en un club muy grande: Me

aburrí bastante, nunca me costó mucho

aburrirme en las reuniones.


No tengo buenos recuerdos del Carnaval,

tampoco malos; tengo pocos: unas pocas

veces me mojaron por la calle, y otro:


Un trabajo que perdí (habrá sido el tercero

o cuarto de una larga lista)


Llevaba pocos meses como empleado de una

librería (de las .que nunca pisaría para comprar un

libro) cuando llegó el Carnaval…


Tiempos de dictadura, el feriado era optativo

y el dueño decidió que esos días eran laborables.


No lo acepté y se lo hice saber:

Resigné el trabajo, pero defendí mis derechos.

¿Quién iba a hacerlo sino yo?


El ocio no se negocia, el Carnaval se debe

respetar, aunque seamos paganos.


lunes, 13 de marzo de 2023

Plantas exóticas

 

(Onésimo Evans)

 

Me arremangué como una planta silvestre

(para algunos sería exótica, para otros

indistinta: la mayoría sostiene el predominio

de lo indistinto)


El éxito de las taxonomías produce nuevos

adjetivos, algunos más útiles

que esta moneda cayendo en saco roto.


Toda forma es provisoria

y todo saber, provisional.


La necesidad de rotar sobrevive

a todas las tormentas.


Siguiendo el derrotero de los náufragos

que asumen lo que huye y los excede,

plantan bandera en cualquier parte y

fundan parvularios paralelos, observando

la evolución del cielo y esperando

la alineación de los astros.


Esta planta arremangada no puede

prosperar, sino en un paisaje exótico

y extático: tierras incultas que no

conocerán el éxito en vida.


Nunca hubo nada que envidiar

de los cultivos espontáneos.


La moneda cayó por su propio peso,

es un cuerpo que cabe en este cuadro.


El óxido la espera, paciente,

como a todos los cuerpos oxidables

en condiciones normales, es decir

naturales.


El óxido del metal civil

es buen abono para plantas exóticas

o autóctonas o extintas, es indistinto.



domingo, 12 de marzo de 2023

Ell control de la adicción

 

(Remigio Remington)

 

Me hice adicto a una palabra,

contraje esta adicción.


No puedo dejar de usarla

y tampoco de repetirla.


No es nada, suele ocurrir, sólo

que a veces no lo percibimos.

Me dijo mi asesor comercial.


“La repetición y la adicción

trabajan en la misma frecuencia

semántica y se editan entre sí,

lo que facilita la reproducción de

las condiciones de producción de

la adicción. No hay mucho más

que decir”


No pienso decir nada de esta palabra,

aunque es probable que la siga usando

cada vez que pueda, con o sin voluntad.


Ahora no puedo, pero podría decir: la

voluntad no es mucho más que una

palabra.

 



En  La interrupción gozosa y los misterios

de la reproducción asistida con recursos

digitales  (en desarrollo)


sábado, 11 de marzo de 2023

El tiempo ganado

 

(Tomás Mercante)

 

Ayer decidí hacer tiempo,

empecé temprano para aprovechar

el día, que se presentaba propicio.


Después, me entusiasmé y seguí;

había hecho bastante pero no me dí

cuenta que el tiempo pasaba, había

perdido la noción.


En el concierto de las nociones

se gana y se pierde todo el tiempo,

pero no se puede no participar:

Nadie quiere quedarse afuera

de nada en estos tiempos.


No me costaba mantener la actividad,

podía haber continuado y mantenido

el ritmo al mismo tiempo.


Pero cayó la noche, y entendí razonable

suspender: Lo que había hecho era más

que suficiente, y era hora de pensar en

el futuro:


Tal vez mañana no tenga nada que hacer;

un problema para los kantianos: Soy lo

que hago, es el principio ontológico que

nos mueve.


Nunca entendí a los que pueden estar

sin hacer nada...



viernes, 10 de marzo de 2023

Instrucciones para una lectura segura

 

(Asensio Escalante)

 

Hay que tener cuidado con la lectura:

hay muchas, es preciso ser selectivo

a la hora de leer.


Hay quienes leen a cualquier hora,

cualquier cosa sin discriminar. No

saben clasificar ni calificar.

No descartan nada.


Son incapaces de detectar el material

descartable que llega a sus y nuestros

ojos por distintos medios y en cantidad

creciente.


Hay que sospechar de lo que crece

y no sólo seleccionar lo que se lee,

sino la forma de hacerlo: hay muchas

lecturas para una misma línea.


A veces hago la vista gorda al leer, sin

querer y mi lectura se convierte en otra:


engordo, agrego sentidos, sensaciones

que pudieran no ser parte del texto, o

tal vez ni haber estado en la mente del

autor al escribirlo.


Cada lector hace su propia lectura,

siempre arbitraria y única, aumentando

o reduciendo los sentidos que contiene

o insinúa lo escrito.


Cada lectura es distinta de otras, como

lo es cada metabolismo.


Toda lectura es un metabolismo bien

diferenciado, que transforma el original

en otro, no menos original:


No hace falta ser original al escribir.

Yo nunca lo fui ni quise serlo

¿Para qué? ¿Para ser distorsionado, o

mal interpretado?


Hay que tener cuidado con lo que se lee,

mucho más si es un poema, o algo

equivalente: No se sabe qué puede haber

detrás, debajo, o a la altura de la línea imaginaria

de los medios.


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