(Tomás Mercante)
Ayer decidí hacer tiempo,
empecé temprano para aprovechar
el día, que se presentaba propicio.
Después, me entusiasmé y seguí;
había hecho bastante pero no me dí
cuenta que el tiempo pasaba, había
perdido la noción.
En el concierto de las nociones
se gana y se pierde todo el tiempo,
pero no se puede no participar:
Nadie quiere quedarse afuera
de nada en estos tiempos.
No me costaba mantener la actividad,
podía haber continuado y mantenido
el ritmo al mismo tiempo.
Pero cayó la noche, y entendí razonable
suspender: Lo que había hecho era más
que suficiente, y era hora de pensar en
el futuro:
Tal vez mañana no tenga nada que hacer;
un problema para los kantianos: Soy lo
que hago, es el principio ontológico que
nos mueve.
Nunca entendí a los que pueden estar
sin hacer nada...
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