(Tomás Mercante)
No puedo precisar
lo que preciso. No hace falta
ser demasiado minucioso con
la necesidad.
Donde hay una necesidad,
hay un derecho: Todos gozamos
del derecho a cierta imprecisión.
Por fuera de los cuerpos, nuestra
consistencia es difusa, cuando no
dudosa: Como los contornos de
lo real.
La realidad es un valor de cambio.
Algunos se ajustan mejor que otros
sin que nadie quiera cambiarla
demasiado: Hay que pagar un precio.
Venimos pagando el precio para que
nada cambie, hace bastante.
¿Un precio justo?
Todos tenemos nuestro precio,
hay que reconocer. Aunque nadie
conozca su valor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario