(Asensio Escalante)
Hay que tener cuidado con la lectura:
hay muchas, es preciso ser selectivo
a la hora de leer.
Hay quienes leen a cualquier hora,
cualquier cosa sin discriminar. No
saben clasificar ni calificar.
No descartan nada.
Son incapaces de detectar el material
descartable que llega a sus y nuestros
ojos por distintos medios y en cantidad
creciente.
Hay que sospechar de lo que crece
y no sólo seleccionar lo que se lee,
sino la forma de hacerlo: hay muchas
lecturas para una misma línea.
A veces hago la vista gorda al leer, sin
querer y mi lectura se convierte en otra:
engordo, agrego sentidos, sensaciones
que pudieran no ser parte del texto, o
tal vez ni haber estado en la mente del
autor al escribirlo.
Cada lector hace su propia lectura,
siempre arbitraria y única, aumentando
o reduciendo los sentidos que contiene
o insinúa lo escrito.
Cada lectura es distinta de otras, como
lo es cada metabolismo.
Toda lectura es un metabolismo bien
diferenciado, que transforma el original
en otro, no menos original:
No hace falta ser original al escribir.
Yo nunca lo fui ni quise serlo
¿Para qué? ¿Para ser distorsionado, o
mal interpretado?
Hay que tener cuidado con lo que se lee,
mucho más si es un poema, o algo
equivalente: No se sabe qué puede haber
detrás, debajo, o a la altura de la línea imaginaria
de los medios.
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