(Remigio Remington)
Me hice adicto a una palabra,
contraje esta adicción.
No puedo dejar de usarla
y tampoco de repetirla.
No es nada, suele ocurrir, sólo
que a veces no lo percibimos.
Me dijo mi asesor comercial.
“La repetición y la adicción
trabajan en la misma frecuencia
semántica y se editan entre sí,
lo que facilita la reproducción de
las condiciones de producción de
la adicción. No hay mucho más
que decir”
No pienso decir nada de esta palabra,
aunque es probable que la siga usando
cada vez que pueda, con o sin voluntad.
Ahora no puedo, pero podría decir: la
voluntad no es mucho más que una
palabra.
En La interrupción gozosa y los misterios
de la reproducción asistida con recursos
digitales (en desarrollo)
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