martes, 28 de noviembre de 2023

Beneficios del odio productivo

 

(Esther Miño)

 

La circulación de odio

se mantiene a valores aceptables.


La producción no declina,

acompaña el ritmo de los mercados.


Los mercados del odio siempre

supieron reciclarse, reconvertirse

y seguir funcionando.


El odio expresa una forma de energía

que bien aprovechada genera

oportunidades de crecimiento.


El odio es uno de los signos de crecimiento

conocidos: Es tensión, conflicto que resuelve 

en crisis. En la crisis muchos pierden,

pero algunos ganan mucho:


Las crisis son oportunidades


para poner en valor todo el odio obtenido

e incluso los excedentes de producción.


El odio ha logrado cosas que parecían

imposibles, como reciclar gobiernos

fracasados y responsables de deudas 

odiosas.


Sin duda, el odio es el motor que impulsa

a la conquista de nuevas metas: Para

enfrentar al enemigo y doblegarlo, primero

hay que odiarlo lo suficiente. Luego

disfrutaremos su conquista.


En una sociedad que produce su propio odio,

y sabe como gestionarlo para que se reproduzca,

nadie se queda quieto, ni se siente conforme:

Hay una voluntad compartida de crecer e ir

por más.


Conviene inocularlo desde temprano, para

un desarrollo sano y sustentable.


Como ejemplo, una pregunta para estimular

a las infancias:


¿A quién odiás más, a tu papá o a tu mamá?

 

(En caso de familia alternativa habría

que reformular la pregunta)



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