(Olvido de la Fuente)
Necesitaba un baño urgente,
sentía que iba a explotar si no
orinaba.
En la desesperación, entré al
baño equivocado: Salí como
había entrado, aunque más
desesperado.
Por fin llegué, y frente al mingitorio
bajé el cierre de la bragueta, con el
último suspiro y metí la mano
buscando al amigo.
Algo no funcionó, no lo encontraba.
La desesperación se disparó: Sabía
que tenía que estar ahi, pero se hacía
desear; algo raro en un miembro.
Hundí más la mano, en un impulso
ciego: Te voy a agarrar aunque sea lo
último que haga en esta puta vida…
Pero fue en vano
¿Cómo podía desaparecer así, sin dar
señales?
Al retirar la mano vacía, ya al borde
del colapso, de pronto algo cambió.
Abrí los ojos y recuperé la conciencia:
Estaba soñando un cuerpo masculino,
era un hombre hecho y derecho que
buscaba su cosa…
No iba a encontrar ese miembro
en mi cuerpo de hembra. Voy al
baño, decidí; pero ya era tarde…
II
No hay que abandonarse al sueño,
no se puede confiar en ellos.
Los psicólogos soviéticos, marxistas y
materialistas, los describían como
actividad desorganizada de la mente.
Hay otras teorías y escuelas, pero lo
cierto es que cuando no dormimos,
toda la actividad consciente está
organizada por mandatos ideológicos:
Somos pura ideología. No podemos
evitar que se filtre y contamine nuestra
actividad inconsciente:
Yo nunca tuve conflicto con mi cuerpo,
sus prestaciones, sexo, género y demás.
Nunca necesité un pene; si lo deseara,
sé como conseguirlo y hacerlo funcionar.
No hay que confiar en el inconsciente:
No es mucho más confiable que la conciencia
de clase y otras clases de conciencia.
No dejes que el falocentrismo penetre
las zonas íntimas de tu patrimonio onírico
y de tu nicho ontológico:
En torno al falo giran falacias
de todo tipo y calibre.
Seamos libres, que lo demás no importa nada!
Que cada cual pueda soñar lo que desee.
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