(Nicasio Uranio)
Esta puerca se abrió para tu paso.
Te respeta, tal vez te reconozca
como líder del redil
(por no decir chiquero que está lleno
de connotaciones promiscuas y
de baja estofa)
Somos como chanchos
con las impurezas y sus órganos
oficiales: nuestras familias se
agrandan o se achican, como las
suyas.
No hay estafa en el haba que se cuece:
las habas son de nosotros; las vainas
se las tiramos a los chanchos: les gustan.
Ellos comen de todo, como nosotros
y hacen sus chanchadas a imagen
semejanza.
Sólo que no rechazan las suciedades
propias o ajenas, las socializan y engordan.
No son hijos de la higiene, no tienen
pensamientos puros y su progenie
hereda esa falta.
Son ajenos al pensamiento abstracto:
sólo piensan en el pienso y confían
en nosotros como proveedores.
¿Cómo no nos respetarían, si somos
el único rebaño que se baña y se
cambia la ropa?
Es natural que infundamos algún respeto,
es más que merecido.
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